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Las necesidades básicas de grupos vulnerables no siempre son cubiertas. Presenciar carencias de elementos que otros damos por sentados es un golpe de realidad que puede no ser cómodo de ver, sin embargo, es necesario prestar atención y cuestionarnos cuál es nuestro papel en generar un cambio positivo.
Brent Alberghini, un sociólogo neoyorquino que reside en México desde hace más de 12 años, descubrió desde muy joven su vocación por extender una mano a quien lo necesita. Comenzó siendo voluntario en iniciativas locales, desde ayudar en las actividades de la iglesia hasta organizar recaudaciones de fondos para proyectos altruistas.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
Llegó a México siguiendo el mismo llamado, y después de unos años entre clínicas y otras organizaciones dedicadas a apoyar a la población en situación vulnerable. En su andar, fue testigo de actos de discriminación y homofobia dentro de las instituciones, por lo que buscó un mejor lugar para desarrollar su espíritu de solidaridad y empatía.
Brent fue parte de Vida Alegre, una asociación dedicada a dar una vida digna a adultos mayores de la comunidad LGBTTTIQ+ . Al llegar la pandemia, decidió poner manos a la obra para asegurarse de que alguien cubriera las necesidades de los grupos vulnerables en un momento tan duro, inició con un banco de alimentos dentro de su hogar. .
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
La unión de la experiencia y la voluntad, le hicieron crear el primer comedor comunitario dirigido a la comunidad LGBTTTIQ+. “Es una forma de dar un espacio seguro a las personas, para algo tan básico como comer”, asegura Brent.
Con ayuda de donadores, capital propio, voluntarios y amistades, se inauguró Manos Amigues el 23 de julio de 2021, dentro de lo que solía ser un taller mecánico en la colonia Guerrero . Al inicio, se repartían entre 50 y 60 comidas completas, hoy, a casi un año de su apertura, se entregan 250 comidas diarias, de lunes a viernes.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
Gracias al éxito y la importancia que ha tomado la iniciativa, Manos Amigues , el cual comenzó como un proyecto autogestivo, ahora forma parte de la red de comedores comunitarios instalados dentro de la Ciudad de México, que son espacios apoyados por la Secretaría de Desarrollo Social.
El menú cambia todos los días, está conformado por sopa, arroz, frijoles, un guisado, postre y agua, por tan solo $11.00 y está disponible a partir de las 13:00 horas. Si bien, se trata de un lugar dirigido principalmente a miembros de la comunidad LGBTTTIQ+ , se recibe a todo el público.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
Con voluntarios, aliados y empleados, que en conjunto pueden llegar a ser alrededor de 10 personas al mismo tiempo, Manos Amigues se ha convertido en un punto de referencia por su ambiente de tolerancia. Puedes encontrar a Rudy, Alejandra, Rogelio y muchos otros integrantes del equipo, extendiendo la mano a todo aquel que lo necesite, siempre ondeando la bandera de la diversidad.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
"Queremos conseguir más apoyo, para lograr ofrecer cada vez una mayor número de comidas. A veces, a las dos de la tarde ya hemos repartido todas y la gente continúa llegando" comenta Rudy, quien llegó a Manos Amigues como usuaria y hoy es parte fundamental del comedor .
Además de ser un comedor comunitario , por las tardes se convierte en un foro cultural, donde se exhibe arte, se dan conciertos, shows y todo tipo de actividades que alimentan el corazón y nutren el alma.
Foto: Edgar Silva Fuentes S. / EL UNIVERSAL
Puedes ser parte de Manos Amigues y el impacto que genera en la vida de cientos de personas día a día a través de apoyos económicos o donaciones en especie, también puedes ser voluntario o acercarte a ellos para conocer todas las formas en las que es posible contribuir. Entra a sus redes sociales para conocer más acerca del proyecto y sus actividades próximas.
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