Cuando comemos frutas es normal tirar las cáscaras a la basura, pues erróneamente se cree que son desperdicios. No obstante, algunas de ellas son fuente de vitaminas y minerales que pueden beneficiar la salud de nuestro cuerpo, por el ejemplo, la naranja.
Aunque tradicionalmente la consumimos en jugos o en gajos, varios estudios científicos han encontrado que la cáscara de naranja cuenta con diversas propiedades curativas. En Menú te contamos sus beneficios y cómo consumirla.
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La naranja es una fruta muy popular en México. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, junto con el limón y la mandarina, constituye una fuente de vitamina C, que fortalece las defensas del cuerpo para combatir la entrada de virus y bacterias.
Si consumes la cáscara, tu cuerpo recibirá gran cantidad de fitoquímicos (flavonoides). Estos ayudan a regular el colesterol en la sangre ya que limpian las arterias y previenen la acumulación de grasa u otras sustancias dañinas.
Por lo anterior, dicho cítrico también impide la formación de coágulos en la sangre, los cuales pueden derivar en padecimientos graves, por ejemplo, una trombosis.
Si bien su sabor no es tan dulce como el jugo, la cáscara de naranja es una excelente aliada para nuestro sistema digestivo. Según información del portal Nuestra Raíz, consumir 100 gramos aporta 10.6 gramos de fibra dietética.
La fibra dietética favorece el proceso de digestión y la descompresión de los alimentos, reduciendo el riesgo de contraer enfermedades como la diarrea, estreñimiento y el síndrome de colon irritable.
Por último, la cáscara de naranja contiene vitamina A, nutriente que mejora la vista y fortalece el sistema inmunitario. En cuanto a su aporte de hierro, este mineral produce proteínas (como la hemoglobina y la mioglobina), las cuales transportan el oxígeno por la sangre del cuerpo, así que es perfecta para combatir la anemia.
Antes de consumir cáscara de naranja, asegúrate que no haya sido tratada con pesticidas u otros productos que puedan poner en riesgo tu salud. Recuerda desinfectar y lavar muy bien tus frutas.
No se recomienda comer la cáscara de naranja directamente porque su sabor es amargo. Por el contrario, se sugiere rallarla y agregarla a tus ensaladas, combinarla con yogurt o batidos.
Otra opción es utilizarla en la elaboración de infusiones. A continuación, te compartimos una receta para que la integres a la hora del desayuno, comida o en la cena:
Ingredientes:
Procedimiento:
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