Llega final de año, sinónimo de fiestas decembrinas, Navidad, comidas familiares y con amigos. La mayoría nos preguntamos: ¿cuál es la mejor bebida para festejar estas fiestas? Blanco, tinto, rosado, sidra, la mejor opción, con la que nunca vamos a fallar, sin ninguna duda, es con las burbujas, los espumosos.
Destapar una botella de esta categoría, escuchar el “plop” y compartir su efervescencia, siempre es sinónimo de celebración. Hay varias cosas que debemos saber y tener en cuenta antes de disfrutarlas, toma estas anotaciones en cuenta.
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Los tres métodos para lograr un espumoso
El método tradicional o Champanoise, es un vino espumoso elaborado mediante segunda fermentación en botella. Dicho método consiste en añadir al vino base, producto de una primera fermentación, azúcar y levadura, conocido como licor de tiraje, para posteriormente, taparlo con una corcholata, con la finalidad de que genere la burbuja a través de reposo en posición horizontal.
Finalizado este tiempo, se procede a colocar las botellas en el pupitre para realizar el removido, donde, durante un periodo de un mes o más, se irán girando las botellas manualmente, hasta que queden en posición en punta. Posteriormente, se procede al degüelle mediante la congelación del cuello de la botella con nitrógeno líquido, para eliminar la levadura. Se añade el licor de expedición o dosage, más el vino base, y la cantidad de azúcar, que determinará el tipo de espumoso que será en botella final: brut zero o nature, extra brut, brut, extra seco, seco, semi seco o dulce.
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El segundo tipo es el método Charmat, en el cual se elabora una segunda fermentación. Todo el proceso sucede en el tanque de fermentación. Al vino base se le añade licor de tiraje y dejamos que se produzca la burbuja durante 21 días.
Pasado este tiempo, se congela parcialmente, se filtra y embotella. Aquí obtenemos los famosos Prosecco y Asti, ambos en el norte de Italia. Por último, tenemos a los gasificados, un método fácil y rápido. Al vino base, se le inyecta gas para obtener la burbuja y así obtener el espumoso.
Cabe destacar que este método es compartido con la Cava española o Cremant, en ocho regiones de Francia, Luxemburgo y Bélgica, Champagne en el norte de Francia y la Franciacorta italiana. La Cava, cuenta con un mínimo de nueve meses de reposo en cava, a diferencia de 15 meses en el Champagne o dieciocho en el Franciacorta.
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Maridajes ideales
Se tiene la idea que los espumosos son para el postre, sin embargo, a no ser que sean semi secos (más de 37 gramos de azúcar por litro) o dulces (más de 50 gramos de azúcar por litro); los espumosos, normalmente son ideales para abrir apetito, o para una comida desde la entrada al postre.
Atrévete a recibir a tus amigos e invitados con una copa de espumoso tipo brut y realiza una comida para unas burbujas protagonistas acompañado de quesos, cremas, platos ligeramente grasos, como lechón. Estos espumosos, permiten limpiar completamente el paladar y continuar con otros vinos, licores o destilados que sigan acompañando dichas comidas o alimentos.
También son perfectos para pipianes, pierna de cerdo al horno, pavo, pescados y los mariscos. En sí, toda la gastronomía navideña es bienvenida para abrir un espumoso.
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Temperatura de servicio
Un detalle importante es la temperatura, ya que, dependiendo de la misma, podemos tener una experiencia completamente placentera, o bien tener un mal recuerdo de la experiencia gastronómica. Como consejo, una o dos horas antes de servir, deja en una cubeta con hielo.
En el caso de los espumosos, la temperatura ideal es de seis a ocho grados centígrados; en el caso de los semi secos y dulces, al tener más nivel de azúcar, lo óptimo es de cuatro a seis grados centígrados. Usa un trapo de servicio para no derramar agua innecesaria.
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Las copas perfectas
Aunque tradicionalmente la copa tipo flauta ha sido la escogida, actualmente, ya se ha demostrado que una copa de vino es mejor, para poder apreciar las diferencias en aroma y sabor. O bien, una copa tipo tulipán, que nos ayuda a expresar sus aromas de la mejor manera.
Las burbujas a la vista deben ser una constante en copa, mientras que en boca presentan una textura fina y elegante. La copa ideal es la de un vino tinto.
La denominación de origen se encuentra en Champagne, Francia, siendo las casas más populares: Moët & Chandon, Ruinart, Krug, Veuve Clicquot, Dom Perignon, Louis Roederer, entre otras.
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