La pitaya y la pitahaya son dos frutas exóticas que comparten características similares en cuanto a color, forma y sabor, sin embargo, no son lo mismo pues pertenecen a dos familias diferentes, una proviene de una planta con forma de dragón (pitahaya) y la otra es un fruto espinoso parecido a la tuna (pitaya).
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La temporalidad de estos frutos exóticos es de mayo a octubre y además de contar con sabor dulce marcado en el caso de la pitaya y más tenue en el caso de la pitahaya. Ambas son ricas en nutrientes, pues contienen una alta cantidad de vitamina C y B . Los minerales que poseen estas frutas son fósforo, calcio, hierro y potasio, por mencionar los más destacados. Por si no fuera poco son bajas en calorías y contiene fibra.
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La pitaya es una fruta ovalada que tiene diferentes presentaciones, su cáscara es dura y tiene algunas espinas a su alrededor. A simple vista puede ser confundida con una tuna roja. Su pulpa es colorida la podemos encontrar de colores amarillo, roja con destellos violeta, blanca y morada. La pitaya tiene semillas negras alrededor de la pulpa decorando este fruto. El sabor es muy penetrante, tiene notas dulces y una consistencia suave.
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La pitaya es un fruto que se adapta muy bien a los climas húmedos y secos. En México es común encontrar Pitaya en regiones calurosas, por eso el estado de Oaxaca es el principal productor del país. Después se encuentran los estados de Sinaloa, Jalisco —donde se celebra la feria de la pitaya en abril— y Puebla.
La pitaya crece en los cactus columnares, su forma de recolección es muy difícil, pues contiene espinas de aproximadamente dos centímetros de largo muy delgadas, las cuales se entierran en la mano con facilidad. Por ello los agricultores se ayudan de un palo largo de madera compuesto por un aditamento de metal que corta el fruto.
Después con ayuda de un cuchillo muy filoso se corta la capa de espinas y se almacenan en cajas. Además de lo peligroso de su recolección, la hora de ir a cortar la pitaya también es radical, pues este fruto suele ser recolectado durante las noches para que antes de los primeros rayos de sol salgan las pitayas hayan sido cortadas de los cactus.
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La pitaya es muy versátil y la podemos encontrar en preparaciones dulces, picantes, ácidas, que van desde una refrescante agua para quitarnos el calor hasta una salsa para acompañar tus tacos preferidos. La puedes untar a tu pan y acompañarlo con un café, si es que hiciste mermelada con ella, o comerla en un bowl de frutas.
1. Agua fresca
Esta receta es muy sencilla de preparar, ya que solo necesitas tres pitayas, azúcar, limón, agua y hielo. Primero tienes que quitar la pulpa de la pitaya, luego colocarla en un recipiente y con ayuda de una cuchara de madera aplastarla hasta que todo se desintegre creando así una pasta. En una jarra vierte la pulpa de la pitaya, agrega unas gotas de limón, azúcar al gusto y los hielos. Revuelve hasta que todo esté integrado y listo.
2. Pan
Elaborar pan de pitaya tiene un proceso similar al de zanahoria, naranja o elote. Una de las primeras apariciones que tuvo en México fue en la feria de Jalisco que se hace en honor a la pitaya. El pan es muy suave con un sabor dulce muy agradable al paladar. Un extra es que las semillas de pitaya le dan un toque crunchy en cada mordida. Acompañarlo con un café o un té es una delicia.
3. Mermelada
Esta compota dulce es una alternativa diferente a las mermeladas que siempre comemos. Su elaboración artesanal es facilísima y cualquier persona la puede preparar en casa. Necesitas la pulpa de 10 pitayas, 150 gramos de azúcar, una pieza de limón. En una olla pones todos los ingredientes y los dejas hervir por media hora a fuego lento. Mueve hasta que la salsa tenga una consistencia espesa, luego deja enfriar y untála a un pan o acompaña con queso.
4. Salsa
Si buscas un toque picosito en tu comida anímate a hacer una salsa de pitaya. La puedes hacer roja, verde o de habanero. Su procedimiento es igual al de una salsa normal. Solo que al final tienes que agregarle la pitaya en puré.
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La pitahaya es una fruta con cáscara lisa de color rosado de forma ovalada, su pulpa puede variar de color, la puedes encontrar de tono roja, blanca —que es la más común— y la amarilla. Tiene un sabor muy suave con tintes dulces que puedes saborear casi al final de tu mordisco a la fruta. A este fruto también se le conoce como fruta del dragón.
Se le denomina fruta del dragón por la forma tan peculiar que tiene de crecer, ya que, es trepadora, lo que quiere decir que suele colgarse en los troncos de los árboles y enlazandose con sus ramas. Esto da una ilusión óptica de la figura del cuerpo de un dragón.
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La pitahaya crece en climas cálidos y tropicales, es frecuente encontrarla en zonas con mar. En México el estado de Yucatán, que es uno de los mayores productores y consumidores de pitahaya de acuerdo con el Servicio de Información Pesquera y Agroalimentaria, la pitahaya crece en abundancia.
De cerca le sigue el estado de Quintana Roo y Puebla. La variedad más vendida de la pitahaya es la de cáscara roja. Los principales productores a nivel mundial son China, Malasia y Vietnam. La planta donde crece la pitahaya crece con unas flores blancas en forma de campana muy perfumadas que solo duran un día.
Cortar la pitahaya requiere de una técnica específica, porque si se separa antes de tiempo de la planta se corre el riesgo de afectar su sabor. Entonces, ¿cuándo es el momento ideal para cortar la fruta del dragón?. Lo tienes que hacer cuando el color del fruto pase de un verde vivo a rojo, esa es señal de que está madurando y por lo tanto su sabor es dulce.
Si lo haces antes se puede estropear el sabor de la fruta. El corte tiene que ser en forma de triángulo para no dañar la fruta ni el tallo de la planta. Luego de esto ya puedes comer tu pitahaya.
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La pitahaya es refrescante, muy ligera, por lo que la puedes encontrar en muchas recetas refrescantes, desde comer helado vegano con este fruto, hacer una gelatina muy sabrosa. Los postres y las pitahayas también se llevan bien así que anímate a probar unas crepas con fruta del dragón. O una ensalada con pocas calorías si estás cuidando tu figura.
1. Helado
Este postre refrescante que viene bien en cualquier época, pero más cuando el calor está a todo lo que da combinado con la pitahaya es una explosion de sabores que enamoran a cualquier paladar por más exigente que sea. Su preparación es muy fácil, solo tienes que congelar la pulpa de la fruta (te recomendamos cuatro pitahayas) y meterla a un procesador (o licuadora) con medio litro de agua de coco. Añadir un poco de endulzante natural o azúcar y listo tienes un helado natural delicioso.
3. Gelatina
Siguiendo la línea de lo ligero y natural una gelatina no puede faltar. Y una de pitahaya además de saciar tu hambre se convertirá en tu favorita. Necesitas la pulpa de cuatro pitahayas, grenetina, natural, limón y azúcar. Pon a hervir un litro de agua y enseguida agrega el azúcar y mueve hasta disolver.
Luego añade la pulpa de la pitahaya junto a los demás ingredientes, espera a que enfríe un poco y métela al refri hasta que cuaje. Pasadas unas horas disfruta de tu postre. Puedes decorar con trozos de frutos rojos, kiwi o de fruta del dragón.
4. Ensalada de frutas
Solo necesitas el mix de frutas que más te guste, la variedad es amplia. Te recomendamos que la hagas con piña, fresas , pitahaya, moras. En un bowl agregamos las frutas cortadas en cubos y las mezclamos con una taza de yogurt gruego, almendras en láminas y una cucharada de miel de abeja. La puedes comer en el desayuno o la cena.
5. Crepas
Esta receta es muy sencilla y tiene un doble atractivo pues visualmente es muy bonita, pero al probarla te enamoraras. Su procedimiento consiste en preparar un bowl con harina, sal y azúcar —mezclar hasta integrar y reservar— en otro recipiente tienes que combinar la pulpa de cinco pitahayas, dos huevos, leche necesaria y un chorrito de vainilla líquida.
Mover hasta que todo esté integrado y luego combinar con los polvos. Batir hasta tener una mezcla homogénea. Calienta un sartén a fuego medio y embarrarlo con mantequilla vierte la mezcla y prepara una crepa delgada. Listo puedes acompañarla con un poco de helado, crema batida o chocolate.