Nadie como el chef mexicano Enrique Olvera para aplicar su creatividad no solamente en los platillos que crea, sino a los conceptos de sus restaurantes, tanto en el país como fuera.
Ahí están como ejemplos Pujol , el original de alta cocina de inspiración mexicana; Eno, cafeterías con un menú más sofisticado que una promedio y que son una gran opción para desayunar; Molino Pujol, donde se venden tortillas, tamales y otros productos de maíz criollo; Ticuchi, de menú cuasivegetariano; Cosme, cocina mexicana moderna en Nueva York; Manta, de cocina del mar, en Los Cabos; Atla, para el brunch en Nueva York, y varios más.
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La última novedad, un poco resultado de la pandemia, es la Ventana del Ticuchi . El Ticuchi -cuyo nombre significa murciélago en zapoteco- está ubicado donde estuvo el primer Pujol, en Petrarca 254, en Polanco, y una de las cosas que más llamó la atención desde su apertura fue su ventana, desde la que se podía observar a los cocineros y 'comaleros' en acción.
Pues bien, ahora esa ventana se ha abierto al público, convirtiéndose en una especie de puesto callejero sofisticado con opciones para consumir en su larga barra, comiendo parados o para llevar y, claro, también se puede pedir a domicilio.
(Foto: Cortesía de Ventana del Ticuchi)
El menú es otra muestra de cómo funciona el cerebro - y la cocina- de Enrique Olvera. Para empezar, se describe como una cueva de antojitos y ciertamente, lo es, no hay mejor manera de describir el lugar.
La carta, aunque relativamente corta, ofrece una sorprendente variedad de opciones que suenan muy apetecibles, partiendo del tamal de esquites , el cual parece increíble que a nadie se le hubiera ocurrido antes y que, según sabemos, está de antología.
Todos los días se ofrece un caldo diferente que puede ser Pozole de hongos, Sopa de fideo de chilacayota, Caldo de nopales y frijol blanco o Sopa de guías. Además del tamal de esquites que hay siempre, diariamente hay una segunda variedad, como el de frijol con calabaza, que dicho sea de paso, también suena espectacular.
(Foto: Cortesía de Ventana del Ticuchi)
Los guisados son tres distintos al día y pueden servirse en tacos, sobre arroz, en quesadillas o por kilo para llevar; entre los que suenan mejor están el Almendrado, el Mole negro, el Amarillito, el Huitlacoche, las Papas de monte con chorizo o las Rajas de tres chiles con crema.
Los postres, muy diferentes, realmente se antojan. Encabezan la lista, corta pero sustanciosa, las intrigantes Donas de tepache, y sigue con los Centros de dona de pastel de chocolate y maíz; Champurrado con café; los súper antojables Plátanos al comal con crema y queso, y los originales Churros de camote.
Las aguas frescas no se quedan atrás, con una selección de Mango con cedrón, Horchata de cebada, Tepache de jengibre y de Albahaca y limón. Entre los tés podrás encontrar variedades como el Toronjil, el Poleo o el Pericón.
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(Foto: Cortesía de Ventana del Ticuchi)
Además, en la ventana se venden productos de abarrotes para llevar como Frijoles de la olla, Pepitas de calabaza, Salsas de la que pica y de la que no pica, Arroz, Tostadas y tortillas hechas mano por docena, Memelas, Escabeches de nopales, rajas y habas, y más.
La ventana ofrece también, en homenaje al agave, una selección de mezcales, que, esos sí, solo se venden por botella y para llevar, y la Michelada Ticuchi.
La Ventana del Ticuchi abre de lunes a domingo de 1 de la tarde a 9 de la noche, las horas perfectas para echarse un taquito o para almorzar .
No te quedes sin conocer esta nueva opción del chef mexicano más famoso en el mundo.