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Un mito común dentro de la cocina mexicana reza que el amaranto es el resultado de poner a secar los huauzontles, un quelite muy afamado en México, aunque la verdad es que solo es eso: un mito. Pues amaranto y huazontle, a pesar de tener la misma apariencia física, provienen de plantas completamente diferentes. En Menú te contamos sus diferencias
La razón de su parecido se debe a que pertenecen a la misma familia botánica. Su similitud hizo que los españoles en la época de la Conquista pensaran que eran lo mismo, pues para ellos se veían igual, de ahí el origen del mito. Ambos poseen una gran cantidad de nutrientes y minerales, por lo que se recomienda consumirlos frecuentemente.
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El huauzontle, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, es una planta de consumo tradicional en el país. Su nombre proviene del náhuatl huauhtzontli , que significa cabello o maleza de bledo. Los aztecas solían consumirlo hervido pues es una buena fuente de calcio , hierro, fósforo, vitaminas A, C E y del complejo B, las cuales nos traen grandes beneficios a la salud.
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El amaranto por otro lado, según estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es una semilla que posee un alto nivel proteínico, incluso más alto que el trigo, el maíz , la cebada o el arroz, pues contiene 75 por ciento de proteína por cada 100 gramos que consumamos.
Este cereal, de acuerdo con la revista Ciencia de la UNAM, es considerado un alimento del futuro pues es resistente a climas extremos y se puede cultivar fácilmente en regiones áridas. También menciona que desde los años 80 la NASA comenzó a incluir este cereal en la dieta de los astronautas, pues la FAO, lo declaró el mejor alimento de origen vegetal para consumo humano.
El amaranto y el huauzontle también se preparan de manera diferente, pues el primero suele comerse en las famosas alegrías, un dulce típico, mientras que el segundo suele consumirse en guisados de salsa verde o roja.
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