México tiene de norte a sur 250 variedades de chiles, un ingrediente que sin duda, es parte del alma de las cocinas mexicanas, ¿qué sería del mole negro sin el chihuacle, o de la cochinita pibil sin las rajitas de habanero tatemado? Así como la sal, el chile es indispensable para que nos sepa la comida, es parte del sazón.
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Y no solo eso, el comer chile beneficia a nuestra salud, aquí te compartimos cuatro factores por las cuales el chile debe permancer en nuestra dieta diaria:
Depende de su consumo, ya sea fresco o seco, el chile puede aportarte diversas propiedades nutrimentales como la vitamina A y vitamina C, las cuales son fundamentales para la regeneración de tejidos y mejorar la vista a largo plazo. De acuerdo con especialistas, los chiles rojos contienen mayores cantidades de vitamina C y A, que los amarillos y verdes.
Todos los chiles poseen capsaicina, una sustancia localizada en las semillas del chile que genera ese sabor picante, pero al mismo tiempo causa una reacción en el cuerpo humano de “adormecimiento” que puede funcionar como un analgésico para aliviar dolores comunes.
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Previene padecimientos como la trombosis, ya que sus propiedades ayudan a aumentar la presión arterial evitando la formación de coágulos en la sangre]. El chile Jalapeño es rico en flavonoides, una especie de fitonutrientes que previenen la enfermedad coronaria; los chiles jalapeños de La Costeña® son una gran opción para consumirlos con tus platillos favoritos y cuidar tu salud arterial al mismo tiempo.
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Contrariamente a lo que podría pensarse del chile, un consumo moderado de este ingrediente podría beneficiar a la prevención de algunos padecimientos relacionados con el tubo digestivo y el síndrome de intestino irritable.
Con información de La Costeña y CONABIO.
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