Situada al noroeste de la provincia de León, en la comunidad autónoma de Castilla y León, la región de El Bierzo combina la frescura de las lluvias atlánticas con la calidez del sol, creando valles que se transforman en algunos de los paisajes más fértiles y exuberantes de toda España.
Fue en 1989 cuando nació la Denominación de Origen Bierzo, consolidando a esta tierra como un referente vinícola caracterizado por viñedos que se extienden por laderas que apenas alcanzan los 500 metros sobre el nivel del mar resguardados por sierras que ofrecen un refugio natural que evita la formación de heladas tardías.
Allí se impone la uva mencía, con la que se elaboran tintos y rosados de agradable acidez frutal, elegante aroma y taninos jugosos se funden con una suavidad aterciopelada única. Asimismo, destaca la uva godello, con la que se elaboran blancos sumamente aromáticos, afrutados y con excelente estructura en boca.
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Bodegas Emilio Moro, una bodega familiar con más de un siglo de tradición, se enamoró de El Bierzo en 2013, cuando, en su búsqueda de la combinación perfecta entre uva blanca y terruño para ampliar su oferta de vinos de la Ribera del Duero, descubrieron la godello de la región.
Fue entonces cuando comenzó su búsqueda de viñedos y parcelas, lo que les permitió adquirir las 64 hectáreas de viñedo en Ponferrada, en pleno Valle del Sil, que hoy conforman su propiedad.
Ubicado en la zona este, la más alta y fría de la región, tanto en la llanura como en las laderas, este terroir confiere a los godellos de Bodegas Emilio Moro características excepcionales, con una singular frescura y complejidad que reflejan la personalidad única del paisaje de El Bierzo, resultando en tres excepcionales vinos: La Revelía, El Zarzal y Polvorete.
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Es la máxima expresión de lo que nosotros entendemos como el carácter varietal de la godello, la complejidad, intensidad y finura dentro de una personalidad única. La Revelía está fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable con posterior crianza sobre lías en fudres de roble francés.
En vista encontramos un color amarillo pajizo con ribetes de juventud nos indica que estamos ante un vino con gran potencial de envejecimiento. En nariz destacan las notas de frutas blancas.
Es un vino que, durante la evolución en la copa, gana en intensidad y complejidad, desarrollando notas de flores blancas y frutos secos, donde la mineralidad aparece de fondo aportando singularidad y personalidad al conjunto. En la boca es intenso y de gran equilibrio, con una vocación claramente gastronómica, de postgusto largo y persistente.
Un vino con una vocación evidentemente varietal, respetando la identidad de la variedad sin renunciar a la frescura. El Zarzal está fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable con posterior crianza sobre lías en fudres de roble francés.
En vista encontramos un color amarillo pajizo, que al pasar por nariz sorprende por su expresividad y complejidad, encontrando notas de fruta blanca características del godello, matizadas por el tiempo y su paso por madera, además se le unen matices anisados de flores secas y una mineralidad típica de las grandes añadas.
En boca se nota la integración de la acidez natural del godello con la untuosidad que le aportan las lías dando como resultado un vino armonioso de paso fácil y postgusto muy agradable.
Es un vino nacido para dar a conocer las maravillas de la uva Godello a todo el mundo. Un vino alegre, juvenil, divertido y sobre todo fácil de disfrutar. Está fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable.
En vista encontramos un color amarillo pajizo, en nariz tiene un base de frutas blancas característica de la variedad, con ligeras notas cítricas que aportan frescura.
A pesar de su juventud se aprecian matices propios de la crianza sobre lías y de cierta mineralidad. En boca es un vino de gran equilibrio entre la acidez y el cuerpo con un paso fácil por boca y un recuerdo agradable y refrescante.