Más Información
Es muy probable que, si alguna vez comiste en un puesto de comida en las calles de México, te haya tocado usar un pequeño barrilito como salero. Este clásico de la comida urbana mexicana es recordado por generaciones como el indiscutible salero mexicano y hoy, este peculiar diseño aumentó de tamaño para convertirse en un banquito.
Leer también: El arte de chopear pan de muerto: un tributo a la tradición mexicana
El genio detrás de la obra
El salero de barrilito que se ha coinvertido en un banquito es responsabilidad de Andrés Lhima, un diseñador mexicano egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, actualmente es director en Cedim de la carrera de diseño industrial.
Inspiración de cientos de estudiantes de diseño, Andrés ha posicionado sus productos a nivel mundial, pues varios de ellos se han vendido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Así como en tiendas mexicanas como el Museo Nacional de Antropología, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y el Museo de Artes y Diseño Franz Mayer.
Un salero industrial
El barrilito tamaño personal forma parte de la “Design Week México”, una semana dedicada para la exposición de piezas de diseños para hogares donde la modernidad es la guía que va sobre artículos clásicos mexicanos o, al menos, ese es el sentido de la colección de Andrés.
Se trata de cuatro saleros de barrilito agrandados de diferentes colores: amarillo, rojo, verde y azul, los cuales están hechos de una cerámica de alta calidad producto de @dnc.mx, un estudio que colabora con artistas y diseñadores industriales para este tipo de creaciones.
Leer también: Prueba estas tres inusuales cervezas artesanales mexicanas
Para aquellos que quieran ver de primera mano estas cuatro piezas, deben visitar Espacio CDMX, que será la sede de la Design Week México de este año. La exposición está abierta al público desde el 13 de octubre y hasta el 11 de febrero de 2024.
Una colección monumental
Esta no es la primera vez que Andrés mezcla artículos del día a día mexicano con sus grandes dotes de diseñador, pues ha creado piezas como la silla arrocera, un asiento alto en forma de cacerola donde el respaldo es una tapa que se levanta. Desarrolló los platos de tlacoyo, el luchador destapador de cervezas, las tazas de molde de gelatina o hasta el reloj de suavizante de telas.
Leer también: Migrante y Puerta del Lobo: Vinos queretanos y platillos multiculturales
Los barrilitos están en Av. de los Compositores 4, Bosque de Chapultepec II Secc, Miguel Hidalgo, CDMX. El resto de sus creaciones están en diversos museos y restaurantes alrededor de la Ciudad y del mundo. Para darles un vistazo, puedes seguir su página web o su Instagram: @andreslhima
Recibe todos los viernes Hello Weekend, nuestro newsletter con lo último en gastronomía, viajes, tecnología, autos, moda y belleza. Suscríbete aquí: https://www.eluniversal.com.mx/newsletters