El ajenjo es en realidad una planta que crece en forma de arbustos, de hojas largas y dentadas y produce flores pequeñas aunque muy aromáticas de color verdoso-amarillo.
Esta planta cuyo nombre científico es Artemisia absinthium L. , es también conocida como absenta y su origen se ubica en el Viejo Mundo, principalmente en las zonas calurosas que abarcan Europa, el oeste de Asia y el norte de África.
La popularidad del ajenjo se dio en forma de licor, comercializado por Henri-Luis Pernod después de comprar la receta al inventor Pierre Ordinaire, un médico francés que durante su residencia en Suiza elaboró lo que llamó “extracto de absenta”, el cual se trataba de un destilado a partir de dicha planta, que mejoraba mediante el proceso su amargo sabor.
Pero la historia del ajenjo se remonta a mucho tiempo antes, en el siglo I d.C. el médico griego Dioscórides recopiló información sobre herbolaria en su obra “De materia médica”, siendo éste el primer documento en donde se describen los usos y beneficios de la Artemisia absinthium L.
Uno de los usos remarcables del ajenjo fue como antídoto para la cicuta, una de las plantas más venenosas del mundo, responsable de la muerte de Sócrates.
- “Dase a beber con vinagre útilmente, a los que de haber comido hongos se ahogan: y con vino a los que bebieron la Cicuta” Laguna, A. 1566. Pedacio Dioscórides Anazarbe. Acerca de la Materia Medicinal y de los Venenos Mortíferos. Edición traducida del griego al castellano.
Entre la larga lista de propiedades medicinales expuestas en el libro de Dioscórides, muchas de ellas coinciden con el bienestar que proporciona al sistema digestivo.
- “Sirve a la digestión, purga los humores coléricos recogidos en el estómago y vientre, provoca la orina, y tomado antes del pasto, impide la embriaguez. Bebido con Seteli, y con la espica Celtica, sirve a las ventosidades, y a los dolores de estómago, y vientre. Si se beben cada día tres cyatos de su infusión, o de su cocimiento, restituye el apetito perdido, y sana de la ictericia. Provoca el menstruo así bebido como aplicado, con miel” (Laguna, A. 1566)
Pero su uso no estuvo limitado al Viejo Mundo, para el siglo XVI, en la Nueva España se registraron textos en los que se describe a una planta con características físicas y aplicaciones similares, por ello fue posible identificarla como Artemisia mexicana Willd , una subespecie nativa de México, conocida desde aquellos tiempos como iztauhyatl o estafiate.
Gracias a este reconocimiento se pudo comprender la importancia botánica y herbolaria del ajenjo en Mesoamérica, ubicándolo en documentos desde el siglo XVI, pasando por la época colonial, pos-revolucionaria hasta la actualidad.
Los principales usos que se le dieron en el continente americano al ajenjo , fueron como ingrediente para aliviar dolores en manos y pies, asociados al cansancio, al igual que para las molestias estomacales y respiratorias.
- “Es una hierba olorosa y amarga que tomada en cocción es buena para la caspa, para la tos y para las angustias del corazón. Para los granos de la cabeza se usa la hierba puesta en ellos. Para las asperezas del rostro, para la toba de los dientes y para el dolor de pechos, con la cocción de la hierba. La hierba molida mojada se toma para echar cólera y flema. Para la fiebre. Para purificar la orina y para el ardor de la cabeza…” (Estrada-Lugo, 1989).
El ajenjo puede tener contraindicaciones, su consumo debe ser moderado debido a los efectos que llega a ejercer sobre el sistema nervioso.
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