Acapulco
además de diversión ofrece gastronomía para todos los paladares desde el más rebuscado al más sencillo. La comida tradiciona l en la Perla del Pacífico es fresca con productos del día con toques ahumados y variedad de chiles que acompañan al tradicional pescado a la talla o al ceviche estilo Acapulco, el pozole estilo Guerrero es de los platillos que más encuentras en este bello lugar.
Las frutas por excelencia son el coco y productos derivados de este fruto como una cremosa nieve de coco con un sabor dulce muy refrescante, así como la cocada. Por otro lado, hay un ingrediente muy peculiar: el icaco o fruta algodón, es un fruto redondo con tintes rosados con amarillo, en Guerrero se come como botana.
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El tamarindo es algo que toda persona que visita Acapulco tiene que probar, pues el dulce de tamarindo con chile piquín o azúcar que las señoras suelen vender en la playa son un manjar ácido que te encantará. El agua de tamarindo también es riquísima y te ayuda a combatir el calor que hace.
Si además de la oferta tradicional quieres explorar los sabores de Acapulco en Menú te recomendamos tres lugares para comer en tus próximas vacaciones.
Dentro del Jardín Holístico se encuentra Mamma Gaia , el mejor spot para desayunar o brunchear delicioso y muy saludable con productos locales y orgánicos. Cuenta con un bar de jugos prensados en frío, para aprovechar los nutrientes de los ingredientes al máximo.
Te recomendamos probar el jugo tropigaia que lleva: maracuya, mango fresa y naranja. O el pura vida el cual es una inyección de vitamina C , pues contiene piña, naranja, jengibre, una reducción de membrillo y cardamomo que le aporta un toque amargo con notas dulces que contrasta con los cítricos.
También cuentan con shots medicinales que te ayudan a desintoxicar el organismo, desinflamar el estómago y elevar las defensas del sistema inmunológico. Las variedades que encuentras son el alcalino destaca por sus propiedades antioxidantes está hecho de extracto de jengibre, apio y limón.
Hay otros como el manzana fit que ayuda a quemar grasa, pues contiene extracto de manzana prensado en frío, un toque de vinagre de manzana y canela. Los bowls de frutas son unos de los más deliciosos y el enamoramiento empieza desde la vista porque te llevan a la mesa un plato de cerámica de colores azul mezclados con tonos rosas o anaranjados con frases motivacionales.
El pinketa bowl es riquísimo, además está acompañado con toppings de frutos rojos, granola, amaranto y chía. También hay otras variedades como barras de sandwiches, chilaquiles y hamburguesas la recomendación del chef es la niña fresa, una hamburguesa vegana hecha con garbanzos, lentejas, tocino vegano acompañada con unos chips de camote muy crunchy.
Foto: Jardín Holístico/ Instagram
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En playa Bonfil se encuentra uno de los restaurantes tradicionales más populares de Acapulco. Las Gaviotas II es un lugar que te regala vista a la playa, el sonido de las olas y buen ambiente para pasar una tarde amena comiendo delicioso. A la entrada del lugar el humo, el olor a chile guajillo, la música en vivo envuelve tus sentidos.
Cada vez que vayas a este restaurante tienes que pedir la botana 59, un clásico con una historia muy curiosa. El dueño del lugar nos platica que este plato emblema comenzó hace algunos años con los pilotos que visitan Acapulco. Se dice que la tripulación del vuelo 118 de Aeroméxico siempre que dormía en el puerto hablaba al restaurante para hacer un pedido especial.
El encargo consistía en dos órdenes de empanadas, dos órdenes de sopes, dos de pulpo a la diabla y finalizaban el pedido con dos órdenes de camarón al mojo de ajo. Como el vuelo 118 siempre que tenía la oportunidad de ir a Acapulco pedía lo mismo, los dueños decidieron incluir en la carta la botana 118 en honor al vuelo del mismo número.
Este vuelo cuando se iba pedía la mitad de la botana para llevarle a su familia entonces pasó a ser la botana 59, pues es la mitad de 118. Es así como nace esta emblemático entremés hecho para compartir, disfrutar y probar la gastronomía típica de Acapulco. Mientras comes puedes ver el mar y a las olas bailar.
El pescado a la talla es un obligado, pues es uno de los elementos más importantes de la comida en Acapulco. Se llama así porque te lo hacen a la medida, es decir, dependiendo del número de personas que compartan este platillo es el tamaño y el peso del pescado que te preparan.
El pescado puede ser robalo, huachinango hasta te pueden preparar langosta a la talla. Al pescado lo cubren con una pasta de chiles, en la que resalta el guajillo por su olor, toques de ajos y mantequilla. El complemento del pescado a la talla son papas a la francesa. La bebida dependerá de los gustos, pero con un agua de jamaica o una cerveza sabe delicioso.
Foto: Nadia Rodríguez Jiménez
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Siguiendo con la oferta gastronómica a la orilla de la Playa Caleta nos encontramos con el restaurante, bar y club de playa La Cabaña . Un lugar que nació hace un poco más de 80 años, el cual es una palapa rústica muy espaciosa en la que es posible comer después de pasar un rato en la playa nadando. Los fines de semana cuentan con lunadas románticas junto al mar para que disfrutes con tu pareja.
La cocina destaca por la frescura de sus productos y el buen sazón de las cocineras. El ceviche acapulqueño es un sueño, pues los toques cítricos de la naranja combinados con las especias, las aceitunas y el pescado es una explosión de sabor para el paladar.
La paella es una de las joyas del lugar, algo que no puedes dejar escapar. El tamal de pescado hecho de salmón a las finas hierbas envuelto en hoja de plátano es otra delicia que se acompaña con verduras al vapor, papa al horno y arroz blanco, cuando lo pruebes te encantará.
Si el toque crunchy es lo tuyo los camarones empanizados marinados en jugos de naranja, sazonado con especias, jugo de tomate y aceitunas es una de los platillos que tienes que probar. Los calamares empanizados acompañados de una ensalada de lechuga y jitomate también es otra recomendación que Menú te invita a probar.
Los chiles serranos rellenos de mariscos, los camarones a la diabla y los ostiones son más platillos que están buenísimos. Otro plus de la cabaña es la vista al mar, pues mientras esperas tus alimentos puedes estar asoleándote, paseando en caballo por la arena gris o cantando con amigos.
Foto: Wikimedia Commons