Durante el confinamiento tanto el ayuno intermitente como la dieta Keto han sido de las búsquedas más populares en internet para perder peso. Ambas propuestas son atractivas, sin embargo ninguna de las dos tiene evidencia concluyente pues son regímenes difíciles de mantener a largo plazo además de que —como en todo tipo de dieta — no es apta para población en general.
AYUNO INTERMITENTE
●No es una dieta, es un método que alterna periodos de ayuno con periodos de alimentación.
●Hay distintos tipos de ayuno, el más popular es el 16/8 que implica comer durante 8 horas y ayunar 16.
●Durante el periodo de ayuno se puede mejorar la salud a través de diversos marcadores metabólicos.
●Puede ser parte de un estilo de vida saludable.
Posibles beneficios
●Aumenta la sensibilidad a la insulina, factor protector contra la diabetes tipo 2.
●Mejora parámetros bioquímicos relacionados con la inflamación, factor clave en muchas enfermedades crónicas.
●Promueve la autofagia, un proceso de reparación celular.
●Favorece la salud cardiometabólica.
●Efecto antienvejecimiento.
Riesgos
●Puede haber hipoglucemias, hambre, mal humor, dolor de cabeza, debilidad y fatiga.
●No está indicado en personas con diabetes, niños, durante el embarazo y la lactancia.
●Puede promover desórdenes de la conducta alimentaria.
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Lo que debes de saber
●Consiste en aumentar el consumo de grasas en la dieta a 75%, mantener las proteínas en 20% y disminuir los carbohidratos al 5%.
●Se ha utilizado desde la década de 1920 como terapia para la epilepsia.
●El cuerpo descompone las grasas para formar sustancias llamadas cetonas que sirven como fuente alternativa de combustible (x).
● Difícilmente puede ser parte de un estilo de vida saludable.
Posibles beneficios
● Rápida pérdida de peso.
● Puede favorecer la resistencia a la insulina, los triglicéridos, síndrome de ovario poliquístico y el deterioro cognitivo como epilepsia y Alzheimer.
● Mayor control del apetito.
Riesgos
● Puede provocar náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fatiga, mareos, insomnio, dificultad en la tolerancia al ejercicio.
● Calambres a consecuencia de un desequilibrio hidroeléctrico.
● La falta de fibra provoca estreñimiento y desequilibrio en la microbiota.
● Efecto rebote.
●Es una dieta estricta y difícil de mantener.
● Aislamiento social y trastornos en la conducta alimentaria.
● No es segura para personas con afecciones relacionadas con páncreas, hígado, tiroides o la vesícula biliar.
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Definitivamente este tipo de regímenes alimenticios difícilmente modificarán hábitos a largo plazo. El éxito de una buena dieta radica en el mantenimiento del mismo, no en la rápida pérdida de peso.
Para perder peso de forma saludable es necesario:
● Lograr adherencia al plan de alimentación.
● Mantener un balance calórico negativo.
● Incluir alimentos de buena calidad nutrimental como verduras, frutas, leguminosas, semillas, oleaginosas, cereales integrales, pescado, mariscos, huevo, aves, lácteos (fermentados preferentemente) y ocasionalmente carne roja.
● Sentir saciedad.
Muy importante:
No realizar ningún plan de alimentación sin ser previamente evaluado por un profesional de la salud. Ambos regímenes pueden ser exitosos siempre y cuando se prescriban de forma personalizada.
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