Los wafles son una de las recetas mayormente distribuidas y personalizadas alrededor del mundo. Es muy probable que, para desayunar, alguna vez hayas comido un wafle calientito, con miel de maple, frutas y hasta crema batida, pero ¿alguna vez has pensado cuál es su origen? Hoy 25 de marzo, Día Mundial del Wafle, te contamos.
Leer también: Para qué sirve tomar agua de arroz que no es horchata
El origen del gofre
Los registros de los wafles datan de hace más de 4 mil años. Se piensa que las primeras preparaciones de este platillo comenzaron en la Edad de Hierro, donde preparaban algunos alimentos entre dos placas de hierro, como los antecesores de una waflera. Estos primeros wafles salados, hechos con hierbas, no esponjaban y no tenían la particular forma cuadrada.
Después, en la Antigua Grecia, se comenzó a jugar con las recetas de los panes que cocinaban en estas planchas, aún sin levadura pues, para entonces, no existía. De hecho, se les conocía como obelios, es decir, “los olvidados”.
Los obelios eran una especie de tortilla ancha con figuras grabadas de las planchas de hierro, y se preparaban mezclando harina con agua, leche o vino blanco, huevo, azúcar o miel. Incluso, algunos lingüistas llegan a relacionar el término griego de los olvidados con el de las obleas, cuyo origen eclesiástico son las hostias. Esto tiene una gran relación si recordamos que en esta época los wafles eran planos y redondos.
Es así como las recetas comienzan a cambiar. Es en Bélgica donde nace el wafle como lo conocemos. Esta región estaba dividida en tres zonas, una flamenca, una francesa y otra alemana, no se tiene claro en qué zona se originó la receta más común, pero sí dos variantes importantes: el gaufre (gofre) francés y el wafel alemán.
Leer también: Lunes sin carne: prepara coliflor rostizada
Las variantes del wafle
Aún así, en Bélgica fue donde se añadió la levadura a la receta y utilizaron, también, las conocidas planchas cuadriculadas. El nombre de esta preparación viene del término tejido o panal, y comenzó a distribuirse por todo el país, lo que provocó que cada ciudad tuviera una receta distinta.
En Bruselas es un rectángulo de entre 12 cm hecho con harina, leche, levadura, azúcar, agua y mantequilla. Se sirve calientito con nata, azúcar glas y mermelada. Es crujiente en la parte exterior pero muy suave adentro.
El de Lieja, uno de los más queridos y el que se dice que es el original, se prepara con la misma mezcla que el de Bruselas, pero añadiendo azúcar durante la cocción para caramelizarla. Lo más destacado es que su forma no es cuadrada, sino redonda y sin bordes definidos, pero conserva el diseño del panal.
La historia cuenta que a mediados de 1700, el cocinero del entonces príncipe de Lieja quería hacer un brioche con terrones de azúcar y accidentalmente creó este wafle, también conocido como el “gofre de azúcar”.
El flamenco es una versión ovalada y alargada del wafle, con las rejillas más pequeñas y doradas, similar a una galleta muy ligera y esponjosa. Los wafles lileses, son redondos, esponjosos, como tradicionalmente los conocemos, y rellenos de azúcar caramelizada.
Leer también: ¿Qué pasa si tomas aguas frescas a diario?
La americanización del wafle
Los colonizadores provenientes de Países bajos se llegaron a América y, con ellos, la receta y las planchas de los wafles. De hecho, cerca del siglo XIX, Thomas Jefferson trajo de Francia su propia plancha cuadriculada, más pequeña y con mango incluido. Es así que hasta 1869, Cornelius Swarthout, creó el primer prototipo de waflera estadounidense basándose en las de Maurice Vermersch, un repostero belga.
Es así como los estadounidenses cambian la receta, añadiendo polvo para hornear en vez de levadura, y comienzan a utilizarlo en sus desayunos, añadiendo pollo, distintos toppings como jarabes de maple, chocolate o frutas y a untarlos con mantequilla. El resto es historia.
Leer también: Cócteles aperitivos para precopear en casa
Wafles, Hot cakes y Nike
Si eres de los que usa la misma mezcla de hot cakes para los wafles, podrías estar cometiendo un error al momento de cocinarlos. La diferencia sustancial es que los wafles llevan más mantequilla y azúcar, es decir, más grasa, aspecto ideal para que quede bien frito. En cambio, los panqueques se doran, por lo que las cantidades de mantequilla, por ejemplo, deben ser distintas.
Finalmente, un dato curioso que debes saber es que los wafles fueron la inspiración de Bill Bowerman, un atleta estadounidense que colocó caucho líquido en la waflera de su esposa, en búsqueda de una planta para zapato ligero. Al pegar el resultado en un zapato, surgió el prototipo del primer tenis de la marca Nike, del que Bill fue co-fundador.
Leer también: Receta: carpaccio de betabel y alcachofa
El 25 de marzo, se suele celebrar la llegada de la primavera en Suecia comiendo wafles crujientes, festéjalo también conociendo más sobre este increíble platillo, pero antes cuéntanos, ¿qué estilo de wafle te gusta más?
Recibe todos los viernes Hello Weekend, nuestro newsletter con lo último en gastronomía, viajes, tecnología, autos, moda y belleza. Suscríbete aquí: https://www.eluniversal.com.mx/newsletters