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El café es parte del día a día de millones de personas en el mundo. Desde su uso para preparar todo tipo de bebidas, hasta dentro de inesperados platillos salados.
El ritual de preparar y beber café en casa, puede ser tan sencillo o complejo como se desee. Sin embargo, en la última década, el café de especialidad ha tomado importancia no solo dentro de las barras de las cafeterías, también en los hogares de los entusiastas de esta bebida.
Es probable que si has buscado comprar café en grano o molido te hayas encontrado con variedades que en su etiqueta mencionan ser naturales, lavados o honey. Esto se refiere al tipo de proceso y fermentación (también llamado beneficiado) a los que se sometió el grano.
Si no estás familiarizado con estos términos, en Menú te contamos sobre las características de cada uno, para que puedas adquirir el café ideal para tus gustos.
Café natural
El procesamiento natural del café consiste en que, una vez que se recolecta la cereza madura del café, esta se deja secar sin retirar la cáscara ni la pulpa. Gracias a esto, el grano de café en el interior logra fermentarse de manera lenta, estando en contacto con los azúcares del mucílago (la pulpa del fruto) por periodos prolongados.
La Specialty Coffee Association menciona que este tipo de fermentación influye directamente en las características finales del grano de café. Los azúcares penetran en este, aportando dulzor y sabores afrutados cuando se preparan bebidas, además de tender a presentar un cuerpo robusto y acidez baja.
Café lavado
Este método de procesamiento del café se considera el más respetuoso del sabor del grano en sí, debido a que después de la recolección de la cereza, el fruto se despulpa. Para deshacerse del mucílago, el café se coloca en tanques con agua donde permanece en remojo entre 12 y 24 horas.
Posteriormente, el café se retira de los tanques y se extiende en camas para reducir su humedad. Puede secarse al sol o con ayuda de secadores mecánicos. Al no fermentarse junto con el mucílago, los sabores del grano no se ven afectados por este.
De acuerdo con el portal especializado Perfect Daily Grind, dentro de los atributos que este método aporta al café, se encuentra el desarrollo de sabores ligeros,con notas frutales y florales que pueden percibirse fácilmente, así como una acidez intensa.
Café honey
Se trata de un proceso con diversas variaciones: honey amarillo, rojo y negro. La práctica más común por ser la más rápida y sencilla, es recolectar las cerezas del café, retirar la cáscara y conservar el mucílago. De esta manera, el café se coloca en camas para dejar fermentar junto con el mucílago y sus azúcares, las cuales van creando una capa pegajosa que le da el nombre de honey, es decir, miel.
A través del procesamiento honey se desarrollan en el café sabores únicos, que se caracterizan por presentar en la taza un dulzor potente, así como muchos sabores y aromas frutales y una acidez balanceada.
Ahora sí, con esta pequeña guía será más fácil elegir café la próxima vez que busques una taza en alguna cafetería o que decidas comprar café para preparar en casa. ¡Asegúrate de disfrutarlo y de consumir café mexicano!
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