Entre las calles bulliciosas de la colonia Roma, hay un espacio gastronómico que promete una experiencia diferente: Los Turcos. Llama la atención no solo por su vibrante decoración, sino también, por su propuesta que promete mucho más que los típicos kebabs, también conocidos como los papás de los tacos al pastor –hagan equipos de tres y discutan–.
Admito que al principio mis expectativas eran bajas, pero como dicen, las mejores sorpresas vienen cuando menos las esperas. Desde el primer bocado del muhammara –dip de pimientos asados con frutos secos–, hasta el último sorbo de café turco, este espacio me llevó por un recorrido culinario a través de los sabores y aromas del país de la luna menguante y la estrella.
Le confieso que nunca he ido a Turquía –por cierto desde el 1° de junio cambió de nombre a Türkiye en inglés, por eso de la homonimia al pavo…–, pero hace algunos años le conté sobre mi visita a El jardín de Anatolia. Dicho lugar me ofreció platos caseros, sin mayor pretensión, un buen punto de partida. Sin embargo, la poca oferta en la ciudad para seguir explorando me alejó de esta cocina, hasta que abrió este nuevo local.
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Más allá de los kebabs
Los pides o también llamados "pizzas turcas", fueron nuestro punto de partida. Elegimos la versión döner pide, con carne de döner kebab y queso gratinado, y el veggie pide, con jitomate, aceituna negra, pimiento morrón y mucho queso gratinado. Se cuecen en horno de piedra lo que les aporta la textura al pan. Ambos tienen mucho sabor, nos hicieron sentir como si estuviéramos cenando en algún rincón de Estambul.
Continuamos con un platillo típico, tavuk şiş, con brochetas de pollo marinadas y asadas al carbón. Recibimos un plato colorido que adornaba nuestra mesa: una generosa porción de pan de la casa, acompañada de una fresca ensalada turca, arroz aromático y hummus casero. El pollo, cual Ciudad de México en abril, estaba seco; unos segundos menos sobre la brasas y hubiese disfrutado el platillo.
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Cerramos con un café turco. Preparado sobre arena caliente, un ritual milenario que es mucho más que una simple bebida, es Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2013. Éste se prepara en un cezve –cafetera de cobre–, con granos de café finamente molidos como si fuese harina. La magia sucede cuando el cezve se coloca sobre arena caliente para hervir la mezcla; hay que saber cuándo detener la ebullición. El resultado: una bebida intensa y con cuerpo, que acompañamos con un baklava. Una delicia de láminas de pasta fina con mantequilla, jarabe de miel y nueces trituradas con helado de vainilla.
Me queda claro que la cocina turca va mucho más allá de los típicos kebabs. Cada plato que probamos fue una ventana a la rica tradición culinaria de Turquía, y aunque mi visita no fue perfecta, me dejó con la certeza de que aún hay mucho por descubrir en este fascinante mundo gastronómico.
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Los Turcos
Dirección: Medellín 163, colonia Roma.
Horario: dom. a mié. de 13:30-21:00 hrs. Jue. a sáb. de 13:30-22:00 hrs.
Costo promedio: $550.00
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