Vacía el líquido en uno o más contenedores hasta que alcancen tres cuartas partes de su capacidad. Es importante que no los tapes, ya que tendrás que revolver el jugo diariamente. Mantén los recipientes lejos de la luz solar directa, a una temperatura de 15 a 26 grados Celsius.
Este paso tomará entre tres y cuatro semanas, por lo que notarás su peculiar olor casi al final del proceso. Pruébalo hasta que obtengas el sabor deseado.
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Si lo deseas puedes pasteurizar el producto. Para lograrlo, calienta el
vinagre antes de verterlo en un recipiente esterilizado o colócalo en una botella y luego caliéntalo a baño maría. En ambos casos, debe alcanzar una temperatura entre los 60 y los 70 grados Celsius. Posteriormente, déjalo enfriar y guárdalo a temperatura ambiente, lejos de la luz solar directa.
La acidez del
vinagre casero varía en cada preparación, por lo que la institución educativa recomienda no usarlo en
alimentos que serán enlatados o almacenados a temperatura ambiente. Por el contrario, pruébalo como aderezo en ensaladas o para escabe en productos que serán refrigerados o congelados.