La avena es uno de los alimentos más populares tanto para el desayuno como para la cena. Gracias a que puede comerse de varias maneras (en papilla, smoothie, con jugos o yogurt) la encontramos con gran frecuencia en planes alimenticios.
Este cereal tiene gran valor nutricional. Además de favorecer la digestión, controla el colesterol, previene ataques al corazón y disminuye la presencia de los triglicéridos en la sangre.
Antes de comerla, expertos sugieren ponerla en agua para que sea más fácil de digerir y el cuerpo aproveche al máximo sus vitaminas y minerales. Hoy en Menú te decimos por cuánto tiempo remolarla.
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De acuerdo con Mayo Clinic, la avena se compone de beta-glucano, un azúcar complejo que estimula el sistema inmunitario y destruye ciertas células cancerosas. Otra de sus tareas es mantener a raya el colesterol.
Si bien es cierto que nuestro cuerpo requiere dicha grasa para su funcionamiento, en cantidades excesivas produce enfermedades cardíacas. Y un alimento clave para conservar la salud es la avena.
Colmados de vitamina B6, E, hierro, selenio, manganeso, cobre y aminoácidos esenciales, consumir los granos de este cereal también reduce el riesgo de padecer hipertensión, diabetes, aumenta la saciedad y suaviza la piel.
Dentro de su composición encontramos antinutrientes (inhibidores enzimáticos, lectinas y ácido fítico) que impiden la correcta absorción de los nutrientes en el cuerpo. Al remojar los granos nos quitamos este problema de encima.
Según Quaker Latam, el tiempo ideal para remojar la avena es de 10 horas. Te sugerimos dejarla reposar toda la noche para que puedas consumirla en la mañana siguiente y seguir este paso a paso:
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