El aceite es uno de los productos que más utilizamos en la cocina, se usa para freír y facilitar la elaboración de ciertos alimentos.
¿Sabías que cuando fríes o cocinas a altas temperaturas (180Cº ) se produce un cambio en las estructuras moleculares de los aceites y grasas que se utilizan?
Pasan por un proceso que se llama oxidación, por ello reaccionan con el oxígeno para formar aldehídos y peróxidos lípidos. Aunque el aceite sea de origen vegetal, no quiere decir que esté libre de compuestos dañinos para la salud.
Lo cierto es que existen algunos aceites que le aportan excelentes beneficios a nuestro cuerpo, puedes empezar cocinando con los siguientes:
Aceite de oliva extravirgen
Es importante elegir el aceite de oliva de la mejor calidad, pues es considerado como uno de los más saludables para cocinar cualquier tipo de alimentos. Hay personas que aseguran que este aceite sólo es saludable cuando se come crudo, pero la verdad es que es uno de los que más resisten las altas temperaturas.
Está compuesto por ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados que son beneficios para el organismo como el metabolismo y la circulación.
Imagínate el sabor que tendrá una pechuga empanizada con el aceite de oliva. ¡Deliciosa!
Aceite de girasol alto en ácido oléico
Tiene muchos beneficios, ayuda a prevenir enfermedades y protege las células del organismo.
Aporta ácidos grasos Omega 6, lo cual ayuda a tener una mejor circulación e interviene en la coagulación de la sangre y en la regulación de los procesos inflamatorios del cuerpo.
Con este tipo de aceite la carne tiene un sabor inigualable.
Aceite de coco
Expertos aseguran que es la mejor forma de cocinar sin afectar nuestra salud. El aceite de coco es perfecto para hornear y freír, además es la opción ideal para preparar comidas pre-entrenamiento (rutina de ejercicio) y desayunos, ayuda a que los triglicéridos de cadena media sean enviados al hígado y se conviertan directamente en energía, lo que aumenta la resistencia física y disminuye la sensación de hambre. Contiene ácido láurico y propiedades antibacterianas y antifúngicas.
Grasa de origen animal
Ya sea el sebo de la res o del cerdo, son buenas opciones siempre y cuando se utilicen en medidas controladas. Ambas tienen estabilidad ante las altas temperaturas y contienen vitaminas liposolubles.
Ghee
Es un tipo de mantequilla clarificada que resiste las altas temperaturas y está libre de azúcares y proteínas lácteas.
Aceite de ajonjolí
Es sumamente rico en magnesio, ha sido considerado como un fortalecedor del sistema nervioso, ayudando no sólo a su refortalecimiento sino a cuidarlo de forma totalmente natural.
Además ayuda a recuperar el humor y el ánimo en personas deprimidas. Atrévete a freír con este aceite, es muy rico y bueno para tu salud.
Es importante que el aceite usado no se vuelva a reutilizar porque ya contiene óxidos que puedes perjudicar tu salud, además trata de guárdalo en un lugar fresco y sin luz directa.
Fernanda Alvarado
es especialista en nutrición y educadora en diabetes, escribe la sección “Zona Saludable” en el suplemento impreso de Menú de El Universal. Cuenta con estudios de educación continua en nutrición y formación como promotora de salud por parte de la Universidad Iberoamericana. Candidata a maestría en nutrición y dietética con especialidad en nutrición comunitaria.
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