Más Información
El tequila
es la bebida mexicana más conocida en todo el mundo. Es destilada a partir de la fermentación de la piña del agave Tequilana Weber, variedad azul. La cual se produce en todo Jalisco y en algunos municipios de Guanajuato, Michoacán y Nayarit.
Si el tequila no se prepara con esta variedad de agave y en los municipios autorizados por la Denominación de Origen, la bebida no puede ser llamada “tequila” sino más bien, destilado de tequila, mezcal o sotol.
De acuerdo al tiempo que el destilado reposa en barrica, este recibe distintos nombres: blanco cuando no pasa tiempo en barrica; reposado cuando se queda en barrica más de dos meses y menos de un año; añejo cuando su maduración en barril es más de un año y menos de tres; y finalmente el extra añejo que tiene más de tres años de maduración.
El tequila blanco, al no tener tiempo de añejamiento, no adquiere color. Su sabor es más dulce y cuenta con notas suaves y tonos cítricos. Es la base con la que se preparan todos los tequilas y la versión más pura de la bebida.
El tequila reposado es el que más gusta entre los paladares, pues según cifras estadísticas es el más comercializado en el mundo. Como mencionamos anteriormente pasa en barrica un mínimo de dos meses y un máximo de un año; tiempo en el cual comienza a adquirir mayor cuerpo y suaves notas amaderadas.
El añejo tiene notas más suaves que el reposado, pero tiene un sabor a madera más fuerte, razón por la cual se considera más sofisticado. Se madura en barricas de encino o roble las cuales es preferible que sean nuevas.
Los extra añejos poseen notas más marcadas de madera, vainilla y especias debido al tiempo que pasa en barrica, su aroma es más intenso y se logra apreciar más. Es una de las categorías más valoradas por los conocedores de vinos y espirituosos quienes la consideran una bebida fina y elegante.