La pandemia por Covid-19 tiene en vilo a diversos sectores debido a la cuarentena que buena parte de la población ha tenido que acatar. Sin embargo, el aislamiento también podría acarrear un efecto colateral positivo en cuanto a nuestros hábitos alimenticios.
Dado que la ocasión amerita limitar al máximo nuestras salidas, es ideal planear con antelación la comida de varios días, aprovechar lo que ya tenemos en casa y hacer una lista precisa de los productos a adquirir, sin caer en compras de pánico ni en la tentación de elegir alimentos procesados para que nos duren más.
"No porque estemos en casa quiere decir que debemos consumir mayor cantidad de alimentos chatarra. Creo que elaborar un menú semanal nos da pie a preparar alimentos más saludables. El primer menú sí va a ser un poco tardado porque mucha gente no está acostumbrada a comer todos los días en su casa; pero, después, será más fácil", considera la ingeniera en alimentos Debby Braun, en entrevista telefónica.
Para evitar aburrirse con los mismos platillos, la experta en temas de nutrición, deporte y bienestar invita a variar los colores y texturas, sobre todo en donde estén involucradas las frutas y verduras ya que, para lograr una dieta equilibrada, es necesario comer cinco equivalentes a dicho grupo.
"Hay que alternarlas y preverlas para la colación de la mañana y de la noche, a fin de que la familia coma más sano. Por ejemplo, un plato de jícama con limón, o zanahorias o betabel rayados", señala. Lo mismo ocurre con la proteína: "prepara pechuga de pollo asada y, al tercer día, hamburguesas de pollo". No obstante, la ingeniera en alimentos aclara que, ante la situación de emergencia que vivimos, es posible recurrir, con moderación, a alimentos enlatados como el atún en agua.
"Tener orden en la preparación de los alimentos, hacer un menú, un listado y llevar una limpieza en la cocina nos ayudará a estar más tranquilos porque, además de lo de este coronavirus, asociarnos con salmonelosis o alguna enfermedad gástrica es lo que menos nos conviene ahorita", añade.
Por último, antes de ir a abastecer nuestra despensa, la autora del libro 'Higiene en la cocina' (2015) sugiere dividir nuestras necesidades por grupos, sin perder de vista el espacio que tengamos en el refrigerador y el congelador, pues corremos el riesgo de que no toda la compra quepa en ellos.
Frutas
Las que abundan en esta temporada "casi todas, salvo los frutos rojos, pueden permanecer fuera del refrigerador. Hay que comprar de diferentes estados de madurez para que tengamos para los primeros días y para los últimos", aconseja la especialista.
Verduras
Braun sugiere pensar en dos fuentes: las que se van a consumir frescas (cuyo aporte de vitaminas será mayor) y las que se emplearán tras un proceso de cocción. En las segundas, es indispensable refrigerarlas y recordar que su vida útil oscila entre los cinco y siete días.
"Si hacemos algún platillo de guarnición para ir junto al plato principal, como unas calabacitas o unos chayotes con papa, recomiendo preparar suficiente y dividirlo en dos o tres porciones para congelar. Eso se guarda en bolsas de sello, se le anota la fecha de producción y se mete al congelador. Así, alargamos la vida útil de estos productos", detalla.
Lácteos
En cuanto a la leche, las alternativas son comprar presentaciones ultrapasteurizadas para que no ocupe mucho espacio del refri o, bien, elegir leche en polvo. En general, no hay que comprar grandes cantidades debido a las altas temperaturas registradas en estas fechas.
En cuanto al resto de alimentos, como grasas, aceites, oleaginosas, almendras, leguminosas, cereales, etcétera, Debby Braun indica que no hay mayor problema, pues no requieren refrigeración.