Para muchas personas mantener una alimentación saludable es todo un reto , tanto por las barreras de tiempo con las que se enfrentan como por la —errada— creencia de que una dieta correcta es costosa y que implica habilidades en la cocina.
De acuerdo a una publicación en The American Journal of Health Behavior , trabajar más de 40 horas por semana puede tener implicaciones adversas en los hábitos alimentarios entre los adultos jóvenes.
La clave para comer de forma saludable se resume en: planeación.
Planear el menú y las compras de la semana facilita el acceso a una buena nutrición.
Compras saludables
Una alimentación saludable comienza en el mercado/supermercado, para ello es recomendable hacer las compras sin hambre y con una lista de los alimentos que necesitas.
Utiliza como guía el Plato del Bien Comer para elaborar la lista de compras.
Combinaciones inteligentes
Además de la calidad y la cantidad, es importante cuidar el equilibrio en nuestros platos, para ello procura incluir:
1. Suficientes alimentos de origen vegetal (verduras, frutas, leguminosas, semillas y nueces).
2. Moderado consumo de cereales.
3. Pocos alimentos de origen animal.
Recomendaciones para tener opciones saludables a la mano:
1. Prepara un par de bases de cereal
(arroz, quinoa, pasta) para que de esta manera solo tengas que agregar la proteína y los vegetales.
2. Guarda verdura rallada en el refrigerador
(betabel, zanahoria). Se puede utilizar con semillas o nueces como refrigerio o en preparaciones como ensaladas o sándwiches.
3. Procura tener la fruta picada y lista para comer.
4. Lava y desinfecta las verduras de hoja verde
y consérvalas envueltas en papel dentro del refrigerador.
5. Cocina, porciona y congela.
Así siempre tendrás frijoles instantáneos hechos en casa además, de esta manera también podrás ciclar distintos guisos cada semana.
La mejor manera de descongelar los alimentos es dentro del refrigerador. Nunca con agua caliente ni bajo el rayo de sol.
Comer saludable no es tan difícil como parece, evita tener en casa alimentos como embutidos, galletas, postres congelados, sopas instantáneas, frituras, golosinas y bebidas azucaradas, de esta manera no caerás en la tentación
de sustituir alguna opción saludable por este tipo de comida.