La riqueza cultural de México se puede encontrar recorriendo sus calles. También puede llegar a ti sobre una tabla de madera al hombro de un vendedor de merengues .
Los oficios culinarios son infinitos, ya sea en zonas rurales o urbanas, las delicias de quienes dedican su vida a estas labores harán llegar a ti la gastronomía mexicana.
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En la ciudad cada vez es más difícil mantener las tradiciones. La globalización y el ritmo de vida son un obstáculo para tomarse el tiempo de recordar nuestros productos y costumbres, sin embargo, si pones la suficiente atención, podrás escuchar en tu camino el característico grito de “ merengues ”.
Foto: @museologando_mx_
Anunciado por la voz de un vendedor que recorre cientos de calles diariamente, podrás encontrar una tablita repleta de merengues en todas sus presentaciones.
Cada merenguero tiene su historia, hay quienes lo elaboran desde cero, solos o en familia, mientras que hay algunos que compran la mercancía y se encargan únicamente de comercializarlos. De cualquier manera, gracias a estos personajes, es posible mantener la tradición de este dulce bocado.
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Las recetas para hacer merengue varían según el estilo de quien lo prepara, aunque la base se compone de una mezcla de claras de huevo, azúcar y pulque.
Hay quienes agregan el azúcar en forma de jarabe caliente, para asegurarse de que el azúcar esté disuelta y las claras no se bajen, también hay quien agrega el azúcar granulada de manera lenta y constante, para dar estructura al producto final.
Foto: Youtube Llenos de DULZURA y muchos COLORES | Sonidos que dan hambre - Peluche Torres
Hoy en día, es más difícil conseguir el pulque recién extraído, por lo que algunos optan por dejarlo fuera de la receta, no obstante, el sabor y la textura que éste le da es significativo.
Existen diversas formas en las que los merengues se ofrecen, por ello te mostramos algunos de los más comunes que puedes encontrar en la CDMX. Pruébalos todos y no olvides echar un volado con el merenguero .
Gaznate
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Ya sea en forma de cono o cilindro, con merengue rosa o blanco, es uno de los favoritos y más prácticos para comer en movimiento.
Se elabora con una delgada masa que se enrolla sobre un molde cilíndrico, para después freírse hasta lograr un tubo crujiente y dorado.
La textura es similar a la de un buñuelo, así es como logra contener el dulce merengue sin humedecerse.
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Duquesa
Esta versión representa todo lo que buscas en un postre, pues une el coco y el merengue .
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Para preparar una duquesa, se hace una mezcla con yema de huevo, vainilla y coco rallado, la cual se cocina en moldes redondos para formar pequeñas “tortillas” elásticas.
Las tortillas de coco, se rellenan a manera de tacos con capas de merengue apiladas una sobre otra.
Se les coloca papel encerado en los bordes para que mantengan su forma y puedan verse siempre apetitosas en la tabla.
Dorados
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También llamados “de bolita”, estos merengues se forman con una manga y duya. Sobre una charola con papel encerado, se dibujan discos con el merengue , mismos que se doran a alta temperatura solo por unos minutos para crear una superficie crujiente y ese toque quemadito, mientras que el interior permanece suave y esponjoso.
Cada disco se despega y se unen en parejas por la parte que no está horneada.
En vaso
En un pequeño vaso de plástico acompañado de una cuchara, en esta opción se crea una torre de merengue , comúnmente teñido de color rosa. Hay quienes agregan “chochitos” de colores por encima para darle una vista más alegre.
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Ya sea a mordidas en un crujiente gaznate o a cucharadas desde un vasito, este dulce de ingredientes sencillos y origen humilde, es reflejo del trabajo de muchas personas que baten las claras de huevo desde temprano para más tarde salir a las calles con su tablita al hombro y hoy, son la resistencia que no permite que esa parte de la cultura se extinga.
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