La salud gastrointestinal es un tema cada vez más explorado e importante para quienes buscan una vida sana a través de la alimentación.
El uso de probióticos es una de las maneras más sencillas para fortalecer la microbiota intestinal, pues aportan múltiples beneficios . .
¿Qué es el rejuvelac?
Se trata de una bebida fermentada a partir de granos germinados, la más común se hace a partir de trigo.
La ventaja que presenta es que no es necesario ningún iniciador, sino que la fermentación se produce de manera natural, lo que facilita su elaboración.
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El rejuvelac está lleno de probióticos vivos y enzimas, las cuales ayudan al correcto funcionamiento del sistema gástrico.
A diferencia de otras bebidas como la kombucha, la fermentación del rejuvelac es mucho más corta y no se produce alcohol durante el proceso.
Esta bebida probiótica es útil como iniciador de fermentación para quesos o yogures veganos.
Beneficios del rejuvelac
Al ser una bebida fermentada, es rica en probióticos , los cuales benefician el funcionamiento y la salud del estómago e intestinos.
El rejuvelac es una bebida enzimática, gracias a esto, si se ingiere regularmente puede propiciar un efecto desinflamante del sistema gastrointestinal, ayudando a digerir y asimilar de mejor manera los alimentos.
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La presencia de probióticos estimula la generación de lactobacilos y ayuda a eliminar toxinas del colon. Reduce también los síntomas de colitis, gastritis y otros problemas gástricos.
Las enzimas y antioxidantes que provee el rejuvelac fortalecen el sistema inmune, lo que lo hace más resistente a enfermedades.
Aporta al organismo vitaminas del grupo B, vitaminas K, E y C, de alta función antioxidante y que cuidan el correcto funcionamiento del metabolismo.
¿Cómo preparar rejuvelac?
El rejuvelac es una bebida que no puede ser comprada, debido a su corto tiempo de vida y para mantener sus propiedades.
Hacerla en casa es muy fácil y esto asegura su inocuidad y disponibilidad cuando la necesites.
Para preparar rejuvelac es necesario germinar las semillas, para esto se debe enjuagar una taza de semillas de trigo o alfalfa y ponerlas en un frasco limpio. Añadir media taza de agua potable y tapar.
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Reemplazar el agua por limpia una vez al día y mantener el frasco en un lugar oscuro. Entre el tercer y cuarto día, comenzarán a brotar raíces, lo que significa que están listas.
El siguiente paso consiste en agregar los germinados a una jarra con dos litros de agua potable y cubrir con un paño de costura fina que permita que el aire entre sin dejar pasar basura o insectos.
Dejar fermentar a temperatura ambiente durante 48 horas. Transcurrido este tiempo el agua se verá turbia y con actividad de gas con pequeñas burbujas, mientras que las semillas habrán perdido algo de su color.
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Colar y reservar el líquido en un contenedor tapado en refrigeración. Se puede beber solo o como ingrediente de recetas frías, ya que no debe calentarse o los lactobacilos vivos mueren.
El tiempo de vida recomendado es de tres a cinco días en refrigeración para asegurar que las propiedades estén activas.