La cebolla no sólo añade buen sabor a nuestras comidas, también desempeña un papel fundamental en el bienestar del cuerpo. Dentro de la medicina tradicional se recomienda para la preparación de infusiones que favorecen la salud renal.
De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición, este alimento es rico en proteínas, potasio, vitamina C y distintos compuestos azufrados. Por si fuera poco, nos aporta pequeñas cantidades de quercetina, flavonoide que protege a los riñones.
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“Los riñones producen orina, que es la forma en que el cuerpo elimina los desechos líquidos del organismo. También cumplen una función en controlar la presión arterial y estimular la médula ósea para que esta produzca glóbulos rojos”, indica el Instituto Nacional de la Salud (INS) de Estados Unidos.
Así, los flavonoides de la cebolla son componentes que garantizan que los riñones cumplan con las funciones explicadas por el INS. Específicamente, nos permiten expulsar las toxinas que el cuerpo no necesita mediante la micción.
Y es que este pequeño vegetal con capas blancas tiene un poder diurético, lo que incrementa la producción de orina para impedir la retención de líquidos que algunas personas experimentan con el paso de la edad.
Además, sus antioxidantes protegen a las células del cuerpo del daño ocasionado por el estrés oxidativo y que muchas veces es responsable del desarrollo de enfermedades crónicas, como lo puede ser la insuficiencia renal y ciertos tipos de cáncer.
En la medicina popular, la infusión de cebolla se enlista dentro de las bebidas detox, es decir que facilitan la desintoxicación del organismo y depuran la acumulación de metales, minerales y sal que consumimos diariamente.
”Son bajas en sodio, potasio y fósforo, así que son excelentes para cuidar de tus riñones”, destaca un artículo de la AARP sobre el tipo de alimentos que debemos incluir si queremos conservar el sistema renal en óptimas condiciones.
Como verás, el consumo de cebolla es más que importante para complementar un guisado. Aunque su sabor puede ser muy fuerte, la manera en que podemos neutralizarlo es con unas gotitas de jugo de limón.
Dicha mezcla nos da como resultado una infusión ligeramente dulce. En cuanto a la selección de la hortaliza, tanto la morada como la blanca son aptas para elaborar este remedio ya que nos portan los mismos nutrientes.
Si te resulta intolerante el aroma, al momento de preparar la bebida te recomendamos agregar un poco de jengibre. No sólo porque reduce el olor aliáceo (característico de la cebolla y el ajo), sino porque disminuye las náuseas que aparecen cuando comemos cosas que no son de nuestro agrado.
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