La sardina es un pescado de azul y de agua, que viven en aguas desde los 12 a los 24 grados, pertenece a la familia Clupeidae, uno de los grupos de peces pelágicos más abundantes y distribuidos por todo el mundo.
Al igual que todos los pescados azules, son ricas en ácidos grasos Omega-3 , que es necesaria para el buen funcionamiento del organismo, ya que ayuda a disminuir los niveles de lípidos y colesterol en la sangre, también es uno de los pescados con menor cantidad de mercurio, lo que lo hace un alimento adecuado para las mujeres embarazadas.
Contiene vitamina B6 la cual ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas al disminuir los niveles de homocisteína, un aminoácido presente en la sangre. Además, algunos estudios afirman que las personas con bajos niveles de B6 podrían correr mayor riesgo de pacer algunos tipos de cáncer. Y se ha demostrado que las personas con altos niveles vitamina B& poseen mejor memoria.
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Es rica en otros minerales esenciales como el selenio, hierro y fósforo que es uno de los minerales más importantes para nuestro organismo, pues ayuda a mantener en equilibrio los niveles de calcio en nuestro cuerpo, almacena energía, mejora el funcionamiento de la función nerviosa y muscular. Este mineral también ayuda a mantener la salud de las encías y previene las caries.
Las sardinas además tienen efecto antiinflamatorio gracias al equilibrio que tiene entre omega 3 y omega 6, que ayudan a calmar la inflamación causada por golpes o heridas, también ayuda a rebajar la inflación crónica de enfermedades como la diabetes o la artritis reumatoide.
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Es rico en magnesio que es necesario para realizar más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo. Además, ayuda a mantener el funcionamiento adecuado de los músculos y nervios. Ayuda a ajustar los niveles de glucosa en la sangre y en la producción de energía y proteína.
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