Mujeres a seguir 2022

Laura es de Baja California. Nació rodeada del desierto y del mar que ofrece Ensenada como el paisaje cotidiano. Creció comiendo los pescados y mariscos más frescos que se podrían capturar en México. Descorchar un vino para las tardes familiares era lo usual. Ella nunca pensó que su vida giraría alrededor de la uva, las barricas y la apreciación de la tierra con una mirada científica y curiosa.

Laura Zamora, la primera enóloga mexicana
Laura Zamora, la primera enóloga mexicana

Nació dentro de una familia entregada almar. Es la segunda hija del capitán Francisco Zamora Molina, un gran pescador especializado en la industria de las sardinas y atunes enlatados: un oficio azaroso. Ella, sus hermanos y su madre Graciela Elizondo no sabían de él hasta por dos semanas.“Sus viajes de pesca duraban hasta cinco meses, llegaba con el barco cargado y, por ende, con un buen ingreso; pero a veces, pasaban de dos a tres meses y el barco regresaba sin una carga importante de insumos para vender”, comenta Laura.

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Un giro inesperado 

Ante la incertidumbre familiar en lo económico y el trabajo de alto riesgo de su padre, Laura desde adolescente tuvo la iniciativa de ayudar a su familia en lo escolar. Decidió entrar a una preparatoria técnica pensando en “si le pasa algo a mi papá ya no podría ayudarme con la escuela. Con la técnica yo misma me puedo pagar la universidad”, se decía a sí misma. “La opción franca en la región apuntaba a ciencias marinas”, recuerda la ahora enóloga y propietaria de Casa Zamora.

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Durante su paso por la escuela técnica, su maestro Octavio Jimenez Gutiérrez al ser el Gerente de Producción en Bodegas de Santo Tomás, la invitó a que hiciera prácticas en la vinícola como asistente de laboratorista, siempre y cuando, terminando el ciclo de prácticas se quedara a trabajar ahí de manera formal. Así es como Laura empezó sus pininos en el mundo del vino: lavando el instrumental, y escuchando con atención a su maestro, para después hacer los análisis por sí misma. “Trabajaba por la mañana para después correr a la escuela y estudiar en la tarde”, comparte Laura.

Laura Zamora, la primera enóloga mexicana
Laura Zamora, la primera enóloga mexicana

Laura con el enólogo Miguel Ángel Daruich y su asistente Minerva Ibarra.

  1. 5 datos sobre Laura:
  2. 1. Más de 40 años de experiencia en el mundo del vino. Una casualidad  la condujo a un oficio extraordinario.
  3. 2. 17 años en Santo Tomás. Su posición de enóloga, abrió paso para que Cristina Pino tomara su lugar al  jubilarse en  2019.
  4. 3. Asesora de otras bodegas. Si no está en Casa Zamora, está en otra bodega elaborando ensambles.
  5. 4. Docencia. Imparte cursos de vinificación con valor curricular en la validados por la UNICACH.
  6. 5. Mamá y abuela. Su trabajo no fue pretexto para no echar raíces: tiene dos hijas y cuatro nietos.

Más tarde, al ingresar a la universidad, se vió forzada a tener una pausa debido a la huelga en la Facultad de Ciencias Marinas en la UABC. Ante esta situación, decidió meterse de lleno en la bodega, y con ello abrirse a la posibilidad de ser jefe de laboratorio gracias a su dedicación, porque a ella, como bien dice, no le dio miedo ensuciarse las manos o tener una carga de trabajo descomunal. “Ya no regresé a la universidad. Me quedé en la bodega con la oportunidad de trabajar tiempo completo y tener el apoyo de la misma bodega de hacer prácticas en Napa, California”, un sitio emblemático de la cultura vitivinícola en Estados Unidos. Ahí aprendió sobre tecnología, la cual, a su regreso, aplicó en su día a día dentro del laboratorio.

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Un oficio de práctica

Al estar en contacto con el terruño, la uva y su proceso desde la planta, despertó en ella la curiosidad, de preguntarse cuál era el papel del enólogo en la bodega y cómo es que su trabajo en el laboratorio podía enriquecer el resultado en botella. Esta cosquilla le ayudó a prepararse más, tomar cursos y estudiar durante la época de los ochenta. Para ese tiempo no había la carrera de enología en México, pero tuvo a sus maestros: Dimitri Tchelistcheff, enólogo de Santo Tomás e hijo de Andrés Tchelistcheff, uno de los fundadores de Napa Vallley. Otro de sus maestros fue argentino Miguel Ángel Daruich quien la terminó de forjar en el arte de la enología.

El giro hacia la modernidad

Para 1988, llegó Hugo D’Acosta a dirigir el departamento de enología, los estilos de vino comenzaron a perfilarse a etiquetas más arriesgadas gracias a la certificación de los viñedos, y el uso de barricas nuevas de roble francés. Aunque los blends y los vinos “fáciles de beber” permanecieron, se buscaron alternativas para estar a la vanguardia y competir a nivel mundial.

Laura Zamora, la primera enóloga mexicana
Laura Zamora, la primera enóloga mexicana

Laura vio de cerca trabajar a Hugo, y después a Christoph Gardner: dos pioneros que pusieron a Baja California en el mapa vinícola a nivel mundial. Cuando este último se va, el puesto queda vacante y con ello surge la posibilidad de que Laura fuera la enóloga, la primera mujer en la historia del vino mexicano con la posibilidad de liderar una de las bodegas más importantes de la región.

“Aunque me ausenté ocho años de la bodega (de 1994 a 2002), a la salida de Christoph con quien ya no me tocó trabajar, me ofrecieron regresar como asesora para terminar la cosecha del 2002. Y, al entregarla, me invitaron a quedarme de gerente de producción mientras conseguían al siguiente enólogo, uno que sí tuviera el papel que lo avalara como tal, porque yo, aunque sabía mucho por experiencia, no tenía ese documento”, enfatiza.


"Mi uva favorita es la Barbera. Es muy difícil de lograr, por su alta acidez. Es como un reto para mí. Hay que encontrar el momento ideal para cosecharla y lograr un equilibrio absoluto”. 
 -Laura Zamora, enóloga y fundadora de Casa Zamora.

Suerte o no, nunca encontraron al enólogo que tanto estaban buscando. Fue hasta el 2005 cuando la voltearon a ver. “Para mi buena fortuna, no lo encontraron. Durante mi estadía

en Argentina, comenzaron a llegar los reconocimientos: cuatro medallas en Concours Mondial de Bruxelles, en el certamen argentino

La mujer elige, y una mención en Vinitaly. Esto fue mi pase para ser la enóloga de Santo Tomás”, recuerda.

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Ser independiente

Después de lograr 300 medallas a favor de esta casa vitivinícola, Laura trató de jubilarse en el 2019, un hecho en el que falló ya que uno de sus mejores amigos la invitó a formar una sociedad en la que ella pudiera emprender y tener sus propios vinos, una idea que surgió un año antes de salir de Santo Tomás. “Daniel González es el que apostó por mi trabajo. Así fundamos Casa Zamora. Comenzamos con 100 cajas, un 100 por ciento Tempranillo al cual nombramos vino Pescador Mexicano, después, en el 2017 formulé Redes con uva Shiraz, mi etiqueta premium”, describe.

Pescador Mexicano es un homenaje a su padre, a su oficio de pescador, de las tardes de convivencia en familia en donde la comida y el vino estaban presentes en la mesa. “Recuerdo el jugo de caguama, algo que hace 30 años era algo común de comer en la región y que ahora está prohibido. Mi papá salía de pesca y la capturaba, se preparaba y compartía con la familia y amigos. Era algo delicioso”, describe con remarcada alegría.

Su producción va in crescendo. Empezaron con tres toneladas y ahora son 80, además de aumentar la sociedad a 23 inversionistas. “Yo que pensaba jubilarme para cuidar a mis nietos, resultó que sigo en la movida”, finaliza. Sin duda, ella es la inspiración de otras mujeres que sueñan con ser enólogas.

"Es una pionera. Su pasión inspiró a muchas mujeres a buscar su espacio en la industria”  
-Paz Austin, Directora General del Consejo Mexicano Vitivinícola

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