Una vez más, la agenda gastronómica está de gala, pues hoy 25 de enero se celebra el Día del Café Irlandés .
Se trata de una bebida muy popular, que puede ordenarse en cualquier restaurante del mundo sin necesidad de explicación. El café irlandés es considerado un coctel, sin embargo no es indispensable acudir a un bar especializado para obtenerlo.
El café irlandés está elaborado con café caliente al que se agrega whisky y se termina con una capa de crema batida.
La historia de esta bebida es controversial, pues al igual que muchas recetas famosas, el origen se divide entre diversas versiones y ninguna se ha podido marcar como la verdadera o definitiva.
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La versión que te contamos a continuación es la más popular, la cual ubica el nacimiento del café irlandés en Foynes, una localidad ubicada en la provincia de Munster, en Irlanda.
Se dice que en 1942 en el aeropuerto de Foynes, un avión que había despegado se vio en la necesidad de regresar a tierra debido al mal tiempo. Esto causó que los pasajeros quedaran varados en el lugar, sin mencionar el susto que se habían llevado por tener que aterrizar de emergencia.
El chef Joe Sheridan era el encargado del restaurante del aeropuerto y al ver lo sucedido, decidió ofrecer una bebida reconfortante a los pasajeros. Fue ahí donde surgió la idea de combinar café caliente para reavivar el cuerpo, mezclarlo con una buena dosis de whisky para calentar los huesos y darle el toque hogareño con un poco de crema.
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Se cuenta que la bebida se bautizó cuando uno de los comensales preguntó si se trataba de café brasileño, a lo que Sheridan respondió que no, que era café irlandés , nombre que persiste hasta la fecha.
Unos años más tarde el aeropuerto de Foynes fue reemplazado por el Aeropuerto Internacional de Shannon, donde se popularizó tanto el café irlandés al grado de que a la fecha ahí se encuentra el Joe Sheridan Pub Bar, nombrado en honor al creador de la famosa bebida.
En 1952 el empresario Jack Koeppler, propietario del San Francisco Buena Vista Bar convenció a Sheridan de trabajar con él y trasladarse a Estados Unidos, donde el café irlandés se hizo un favorito de las personas rápidamente, convirtiéndolo en una bebida clásica que no pierde el encanto a pesar del paso del tiempo.
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