Que su color no te engañe, este no es un hongo alucinógeno y tampoco fue pintado con propósitos estéticos. Se trata de el hongo azul y, además de llamativo, es comestible.
El lactarius indigo, mejor conocido como hongo azul , hongo añil , hongo oreja azul, u hongo oreja de puerco azul, se diferencia de los de su clase por tener un característico color azul verdoso o pálido.
De acuerdo con Larousse Cocina su sombrero tiene forma de trompeta puede medir de 4 a 10 centímetros de diámetro.
Su carne es blanca, de olor y sabor agradable, lo que lo hace muy popular.
Crece en el suelo en grupos, en los bosques de pinos y encinos. Aparece a partir del mes de agosto en el Estado de México y Michoacán.
Debido a la tala de árboles, el hongo azul se ha vuelto más difícil de encontrar pero aún se consigue.
Se puede preparar salteado con aceite o manteca de puerco, se le agrega cebolla, epazote, ajo y cualquier salsa de tu preferencia.
También se puede asar al carbón, pero sin exponerlo por demasiado tiempo para que no pierda su característico color. Y, al igual que muchos otros hongos en nuestro país, este se puede comer acompañado de una tortilla de maíz.
Contiene entre 19 y 35 por ciento de proteína, entre 51 y 88 por ciento de carbohidratos, aminoácidos esenciales, es bajo en grasa, tiene alto contenido de vitaminas y minerales; además está compuesto de entre 4 y 20 por ciento por fibra, lo que ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo.
Los hongos son una buena fuente de alimento nutritivo, aportan pocas calorías, fibra, vitaminas, hierro y minerales, lo cual ayuda al cuerpo a refozar el sistema inmunológico.
Al ser un alimento con pocas calorías y grasa, también es ideal para ayudarte a mantenerte en forma.