El vino es una bebida rodeada de ceremoniosidad y protocolo, cuyo conocimiento se reservaba para unos pocos pero que, gracias al interés de cada vez más personas, es un tema cada vez más accesible.
Uno de los procesos que acompañan el ritual de beber vino es la decantación . Esto consiste en trasladar el líquido de un recipiente a otro, pero ¿para qué? De acuerdo con el Barcelona Culinary Hub, esto se realiza para remover las imperfecciones y los sedimentos. Estos últimos son partes naturales de los vinos , pero aún así no resulta agradable encontrarlos en la copa.
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Aunque la edad del vino no influye directamente en la decisión de decantar o no un vino , aquellos que han pasado tiempos prolongados en la botella pueden verse beneficiados por este paso previo a beberlos. Además de retirar sólidos indeseados, decantar permite que el vino entre en contacto con el aire y así recupere sus características organolépticas.
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Los vinos tintos son más propensos a generar sedimentos, debido a que los taninos y el color se degradan, acumulándose en el fondo.
La organización La Rioja Capital asegura que, “cuando los vinos se comercializaban en barricas y sin filtrado previo, este proceso era fundamental ya que solían tener sedimentos que le aportaban un sabor amargo”.
El corcho es uno de los contaminantes más comunes del vino . Ya sea por un defecto de fabricación, un error en la apertura o por la fragilidad del mismo cuando lleva mucho tiempo dentro de la botella , las partículas de este material pueden caer al interior. Es entonces cuando la decantación se vuelve un paso para asegurar que el corcho no llegue a la copa.
El decantador puede tener más de un propósito. Si solo se busca retirar los posos del vino , se debe utilizar un recipiente pequeño, para que no tenga tanto espacio para que entre el oxígeno. En cambio, si se desea oxigenar el vino , se recomienda un decantador más grande y el vertido puede ser más rápido, buscando la agitación del líquido al caer.
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1. Elige el vino . Descorcha suavemente la botella y limpia la boca de esta con un paño limpio y seco.
2. Para verlo mejor. Enciende una vela o lámpara pequeña y colócala detrás de la botella . La luz debe iluminar el hombro y el cuello de la botella.
3. Poco a poco. Inclina suavemente la botella , para no mover los sedimentos, y vierte lentamente el vino en el decantador. Observa con ayuda de la luz para evitar que caigan al recipiente.
4. Airea el vino . Continúa vertiendo. Si no deseas oxigenar el vino, procura que el líquido se deslice por las paredes del decantador.
5. La recta final. Deja de verter cuando veas que los sólidos lleguen a los hombros de la botella .
6. A prueba de errores. Reposa el decantador de forma vertical por al menos 30 minutos antes de servir.
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