La panadería mexicana está conformada por una mezcla de ingredientes, técnicas, sabores, formas y colores de muchas otras regiones y culturas.
La variedad de panes que abarrotan los estantes de las panaderías es infinita, desde las que proveen con sus delicias a pequeñas colonias hasta aquellas que surten desde sus hornos miles de piezas de pan al día a más de una sucursal.
El pan es un alimento que forma parte del ritual de lo cotidiano en México.
Ya sea en su versión dulce que acompaña el café por la mañana, tarde o noche, la opción salada que acompaña guisos o sirve como base para rellenar y hacerse torta (incluso las de chilaquiles o tamal tradicionales de la CDMX) es uno de los elementos que no pueden faltar en los hogares mexicanos.
Uno de esos panes que forman parte de la tradición son los puerquitos de piloncillo , los cuales se convirtieron desde el inicio de la panadería mexicana en uno de los favoritos de los consumidores locales.
Foto: Pixabay
Los puerquitos de piloncillo no tienen un origen rastreable de manera clara, sin embargo, en algunas regiones del país también son llamados “chichimbre”, lo cual se asume que es una deformación del inglés “ginger bread”, es por ello que se cree que los cochinitos son el resultado de una adaptación cultural de las galletas o pan de jengibre.
La raíz de jengibre se sustituyó por la canela, así como la melaza tradicional con la que se endulza dicha masa se convirtió en piloncillo en la adaptación de la receta, la grasa en México se agregó en forma de manteca aunque a la fecha son pocas las panaderías que aún la utilizan.
Otros aseguran que fue una de las muchas preparaciones dulces que nacieron al interior de los conventos en la época colonial a manos de las religiosas.
Los puerquitos de piloncillo tienen muchas variaciones en su receta, la textura puede ser firme y crujiente como una galleta o suave y desmoronable, características que siempre son decididas según el gusto y tradición del panadero.
No existe un antecedente que explique el por qué de su forma pero sin duda es parte de su encanto, además de su delicioso sabor, sus bordes doraditos y su alto potencial para sumergirlos en una taza de café o un vaso de leche.
Foto: @panaderiarosetta
Cada vez son menos las panaderías que preparan puerquitos de piloncillo , su sabor sutil no ha logrado atrapar por completo a las nuevas generaciones, pues compite con panes con sabores intensos como el chocolate, cremas y mermeladas de todo tipo.
Si logras encontrar los puerquitos de piloncillo en tu panadería favorita, asegúrate de llevar un para a casa para que puedas compartir este pan tradicional mexicano con todos, así tal vez este peculiar pan pueda permanecer en el gusto de muchos y no convertirse en un pan que solo esté presente en el recuerdo.
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