A finales del siglo XIX y principios del XX inició la costumbre de nombrar a los panes según su parecido con algún objeto; sin embargo, la historia de esta tradición panera va más atrás, pues el trigo llegó junto con los españoles y, aproximadamente, en 1525 nació la industria. Esto sucedió cuando Don Rodrigo Paz comenzó la creación de los primeros molinos en Tacubaya y Tlatelolco. En esa época el pan que se elaboraba con el mejor trigo era para españoles y criollos; el corriente, se vendía en las pulquerías a las que acudían los indígenas y gente de diversas castas. Después surgieron los hornos y amasijos familiares que se convertirían en las primeras empresas productoras de esta delicia.