El queso es uno de los ingredientes favoritos en la gastronomía mexicana. Para preparar quesadillas, acompañar las tostadas y mucho más, este alimento rico y nutritivo no puede faltar en el refrigerador. Pero no todas las marcas son confiables. Por ello hoy vamos a decirte cómo se puede identificar un “plastiqueso” y por qué debes evitar su consumo.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) lleva a cabo análisis regulares sobre diversos productos con el fin de alertar a los compradores sobre los de mala calidad. En varias ocasiones ha puesto bajo la lupa a los quesos y ha descubierto que muchos, ni siquiera pueden llamarse así.
Realiza compras más inteligentes identificando los quesos de plástico.
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Aunque prácticamente todos los tipos de queso pueden estar sujetos a malas prácticas de elaboración, una de las variedades con más imitaciones es el panela.
La Profeco explica que el queso panela es un producto fresco que se caracteriza por su sabor y consistencia suave y esponjosa, además de su alto contenido de humedad. Este producto lácteo puede contener aditivos y, por lo general, las compañías utilizan tratamientos térmicos para prolongar su duración y garantizar la inocuidad.
Una de las razones por las cuales es importante revisar su calidad se debe a que, al ser un queso ligeramente fermentado, con un considerable contenido de agua, se pueden generar condiciones para el desarrollo de microorganismos.
Pero la ventaja de un buen queso panela es su bajo contenido de grasas. De hecho, esa es la razón por la cual no se derrite, pues las variedades que sí lo hacen es porque, precisamente sus grasas son las que se funden.
Asimismo, el queso panela no se somete a ningún proceso de maduración (manchego o Chihuahua) o de fermentación (roquefort).
Como te darás cuenta se trata de una opción saludable que, incluso, es recomendada en dietas para perder peso. Pero cuidado, hay marcas que no son de confianza y venden los llamados “plastiquesos”.
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En la mayoría de los casos los llamados “plastiquesos” pueden identificarse simplemente por su etiquetado, pues no pueden llamarse quesos, sino que tienen que colocar la palabra imitación.
Y es que cuando los quesos son elaborados con ingredientes o procedimientos diferentes a los tradicionales o permitidos por la norma, deben anunciarse como imitación en la parte superior izquierda de la superficie principal de exhibición en mayúsculas, negrillas y en tamaño grande. Además, no pueden hacer uso de palabras como "tipo", "estilo" o algún otro término similar.
Puede que no digan imitación, pero si encuentras palabras como aglutinantes, homogenizantes, gomas, podrás saber si es un “plastiqueso”.
Los quesos de imitación o plastiquesos, que hay que decir que no solo aplica a los panela, son productos elaborados con leche descremada reconstituida pasteurizada; grasas y/o aceites vegetales parcialmente hidrogenados; algunos adicionan también concentrados de proteína (caseinatos) y otros aditivos.
Por su precio pueden ser atractivos para el bolsillo, pero ese es justo uno de los indicadores que no debemos pasar por alto.
En una entrevista concedida a EL UNIVERSAL, Georgina Yescas, cofundadora de Lactography, tienda especializada en la venta y promoción del queso artesanal mexicano, señaló que se necesitan 10 litros de leche para elaborar tan solo un kilo de queso, por lo que el primer punto de referencia puede ser el precio de la leche.
Y es que, como explicó la especialista, los quesos imitación se elaboran únicamente con tres ingredientes: leche, cuajo y sal. Suelen agregar además proteínas, grasas vegetales, almidón, colorantes, saborizantes, estabilizadores y conservadores.
Si decides llevarlo a casa te darás cuenta de que no es un queso de calidad por su apariencia, sabor y su falta de aroma. “Si al comerlo te sabe dulce, similar a la leche en polvo; o si luce muy brillante, especialmente cuando pierde temperatura es falso. En cuestión de aromas, le falta olor. El queso tiene características aromáticas muy específicas dependiendo de su lugar de origen”.
El riesgo de estos quesos es que, además de no poder estar seguros de cuál fue su proceso de fabricación, tienen alto contenido de grasas y almidones dañinos para la salud.
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Ahora que ya conoces las diferencias entre un queso de buena calidad y un plastiqueso sigue estos consejos para hacer mejores compras:
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