¿Conoces los búlgaros ? Este es el nombre de una comunidad de bacterias y levaduras lácticas con forma de nódulos blancos; a simple vista, este conjunto microbiano parece un florete de coliflor pero tiene una consistencia gelatinosa al tacto, de acuerdo con Larousse Cocina. Si quieres elaborar tu propio yogurt casero, sigue leyendo.
En su blog Bien Comer, la nutrióloga Fernanda Alvarado señala que los búlgaros se alimentan de lactosa, el azúcar presente en la leche de vaca, oveja, cabra o de otros mamíferos. La presencia de estos microorganismos produce una deliciosa bebida fermentada con numerosos beneficios para la salud.
Si quieres tu propio cultivo , aquí te decimos cómo se “hacen” búlgaros en casa.
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Cuando se alimentan de la leche entera o bronca , los búlgaros comienzan una fermentación tanto láctica como alcohólica y dan como resultado una bebida similar al yogur : el kéfir , también conocido como leche de búlgaros .
Mientras el yogur solo requiere tres horas para fermentarse, el kéfir necesita de 14 a 19 horas, asegura Larousse Cocina. Aunque pareciera una desventaja, este tiempo extra de fermentación provoca que el kéfir tenga una mayor cantidad de probióticos en comparación con el yogur .
A su vez, estos microorganismos otorgan más beneficios para la salud de quien los consume. Según el sitio especializado Healthline, los probióticos fortalecen el sistema inmunológico, sintetizan nutrientes, mejoran la absorción de calcio y regulan el tránsito intestinal, evitando enfermedades como el síndrome del intestino irritable o la colitis ulcerosa.
El sabor del kéfir no es igual al del yogur . La fermentación le aporta una mayor acidez e intensidad a esta bebida , así como una consistencia más líquida. Si nunca lo has probado, es posible que sientas algunos malestares digestivos en lo que tu cuerpo se acostumbra a la abundancia de probióticos . Por esta razón, se sugiere que lo consumas con moderación.
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Los búlgaros no pueden "hacerse" desde cero. Las recetas de fermentación de leche bronca a temperatura ambiente por un largo periodo no son seguras ni crean búlgaros , sino otro tipo de comunidades de microbios, advierte Yo Soy Fermentista. Además, la ausencia de búlgaros incrementa el riesgo de que la leche bronca o entera se eche a perder.
Sin embargo, sí existen maneras de que mantengas tu propio cultivo en casa . Basta con que consigas un puñado de búlgaros en un mercado local, en una tienda naturista o en comunidades de internet dedicadas a la preservación de estos microorganismos , aconseja Fernanda Alvarado.
Se cree que los búlgaros aparecieron por primera vez en las montañas del Cáucaso, ubicadas en Europa Oriental, hace más de 8 mil años. El blog especializado Yo Soy Fermentista explica que los búlgaros que se utilizan en la actualidad descienden directamente de esos microorganismos antiguos.
Un estudio publicado por la Feria de las Ciencias de la UNAM sugiere que laves los búlgaros con agua potable y después los pongas en un frasco de vidrio con tapa. Vierte la leche entera , bronca o descremada en el frasco, pero no lo llenes por completo; coloca la tapa un poco suelta o cubre el frasco con una malla de tela fina y sujétala con una liga.
Larousse Cocina recomienda que almacenes el frasco de leche con búlgaros en un lugar oscuro, alejado de la luz directa y a temperatura ambiente. Luego de 24 horas, tu kéfir estará listo; solo cuélalo en otro recipiente y llena el frasco de los búlgaros con leche fresca.
Cuando se cuidan correctamente, los búlgaros pueden reutilizarse un sinfín de veces para la producción de kéfir . Alvarado sugiere que les cambies la leche cada 24 o 36 horas. Para que no se contaminen, es necesario que no tengan contacto con utensilios de metal, como coladores o cucharas.
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Debido a que son seres vivos, es necesario que destapes el frasco al menos dos veces al día para que los gases de la fermentación escapen del recipiente y no afecten la calidad del kéfir , indica Larousse Cocina.
Asimismo, se aconseja que enjuagues los búlgaros con agua potable cada semana y que laves el frasco de leche donde los conservas cada tres días.
Después de la fermentación , es momento de que disfrutes tu leche de búlgaros o kéfir en la comodidad de tu casa. Consúmelo en batidos, smoothies o acompañado de cereales, frutas y semillas.