Comer frutas y verduras del día es delicioso, ya que conservan su jugo y frescura mejor que las versiones procesadas. Sin embargo y debido a la cuarentena que vivimos actualmente, es probable que muchas personas opten por ir por suministros una o dos veces por semana, cuestión que provoca los alimentos se marchiten a lo largo de los días si no son utilizados.
Según la fundación especializada en nutrición Campeones del cambio, quienes compran frutas y verduras fresca s por semana o quincena terminan desechándolas debido a que se vuelven demasiado marchitas o maduras, adquieren moho o están muy dañadas para comerlas.
Afortunadamente hay diversos métodos de conservación que podemos emplear para mantener nuestras verduras frescas y poder consumirlas posteriormente, por ello aquí te traemos algunas alternativas para que tus verduras permanezcan apetitosas por más tiempo.
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Si vas a optar por guardar las verduras en el refrigerador, te recomendamos que las laves perfectamente antes de almacenarlas y no las piques, ya que en caso de hacerlo y al tener contacto con otros alimentos en el refrigerador, es probable que no se conserven por mucho tiempo y además de perder su apariencia, sus nutrientes se irán.
Un punto que debes tener en cuenta es que antes de almacenarlas debes secarlas perfectamente, pues de lo contrario podrías contribuir a que se pudran y definitivamente no puedas usarlas en tu menú del día.
Las lechugas y otras verduras de hoja como la col rizada y la espinaca tienden a permanecer frescas por más tiempo si envuelves sus hojas sin lavar en toallas de papel para absorber la humedad, y mantienes cada variedad en una bolsa de plástico separada.
Y el mismo método lo puedes aplicar con el apio , sin embargo este es mejor envolverlo con papel aluminio, pues esto pausará su oxidación, evitando que se marchite.
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De acuerdo con la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas, las frutas y verduras se conservan más tiempo frescas si son congeladas, no en vano muchos de estos productos se venden en este estado. Pero por qué hacerlo nosotros mismos.
Para esto solo tienes que lavar, pelar y picar las frutas y verduras que vayas a someter al proceso de congelación. Y antes de meter los alimentos al congelador, debes asegurarte que estos estén a temperatura ambiente. Conviene decir que de acuerdo con la fuente citada, una vez que las frutas o verduras estén suficientemente blandas después de descongelarse son perfectas para usar en licuados o platos calientes.