El chile es un cultivo originario de México con distintas variedades y que se puede adaptar a diversos climas y tipos de suelo, lo que ha contribuido a su exitosa y amplia distribución geográfica en el país.
Los usos del chile y sus derivados datan de la época prehispánica y van más allá de ser un extraordinario condimento. El chile , junto con la calabaza, el maíz y el frijol, conformó la base de la alimentación de las culturas de Mesoamérica.
Desde la época de la colonia, los españoles informaron que los aztecas y los mayas comían chile con casi todo. Los conquistadores notaron que los indígenas preparaban atole de maíz con chile para curar resfriados, fortalecer el cuerpo y aliviar la depresión, señalan especialistas de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un documento.
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Actualmente, se conoce que el chile contiene una gran concentración de ácido ascórbico (vitamina C). En su presentación fresca, el chile contiene más del doble de vitamina C que el limón y la naranja, y casi seis veces más que la toronja, de ahí que las culturas prehispánicas utilizaran este alimento para curar los resfriados, indican en el escrito Eva Aguirre Hernández y Verónica Muñoz Ocotero, especialistas de la UNAM.
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Por su parte, cuando el chile se encuentra seco contiene más vitamina A que una zanahoria. La vitamina A ayuda a conservar una buena visión, mantiene la piel sana, previene la anemia y fortalece los huesos, según información del Ministerio de Salud de Costa Rica.
Además, los chiles poseen cantidades significativas, aunque menores, de vitaminas E y B, encargadas, respectivamente, de estimular el sistema inmunitario y mantener sanos los globulos sanguíneos.
Se ha comprobado también que el chile estimula el flujo de la saliva y los jugos gástricos que inducen una alta digestibilidad de las proteínas. También es un estimulante de la buena digestión y un analgésico natural para aliviar el dolor, agregan las especialistas de la UNAM.
Sumado a los beneficios que aporta este cultivo, una investigación de la Universidad de California advirtió que la capsaicina, un ingrediente activo del chile , podría disminuir el riesgo de desarrollar tumores cancerígenos .
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Otra investigación realizada por la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, comprobó que la capsaicina, ingrediente activo de sustancias picantes, inhibe el crecimiento de las células de cáncer.
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Durante sus experimentos, el equipo liderado por el doctor Hanns Hatt y la doctora Lea Weber, crearon un modelo para un tipo de cáncer de mama particularmente agresivo; teniendo en cuenta que la quimioterapia es actualmente el único tratamiento disponible para este tipo de cáncer .
Después de crear este modelo, los especialistas aplicaron en el cultivo celular capsaicina durante varios días. Como resultado, las células cancerosas se dividieron más lentamente y las células supervivientes ya no pudieron moverse tan rápido como antes, lo que significó que se impidió la capacidad para formar nuevos tumores en el cuerpo.
Como conclusión de esta investigación, los especialistas comprobaron que gracias al uso de capsaicina , presente en el chile, las células cancerosas se dividen más lentamente y las células tumorales mueren en mayor número.
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Igualmente, una publicación realizada en The Journal of Clinical Investigation sugiere que la capsaicina , contenida en los pimientos picantes como el chile , generan una reacción que reduce el riesgo de tumores cancerígenos.
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En la investigación, el grupo de expertos reveló que tras haber experimentado alimentando a ratones con capsaicina , la carga tumoral que tenían se redujo y, además, se alargó la vida útil de los roedores.
Eyal Raz, líder de la investigación centrada en tumores gastrointestinales, agrega que las personas con alto riesgo de padecer cáncer podrían beneficiarse del consumo de capsaicina , ingrediente activo que compone los diferentes tipos de chile.