Durante más de una semana el río Duero ha sido el gran protagonista. Junto a colegas y un puñado de expertos del mundo del vino invitados al Congreso Duero Wine 2021, he tenido la oportunidad de profundizar en la relevancia de esta corriente hidrográfica, que riega y nutre a algunas de las más grandes zonas de producción vitivinícola de España y Portugal definiendo estilos, personalidades, aromas, sabores.
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Se trata de una región, no de países
La experiencia, debo confesarle, ha sido una en un millón.Hablar del río Duero es, sin duda alguna, apuntar al gran baluarte de Castilla y León . Por esta Comunidad Autónoma de España cruzan 572 kilómetros de los 897 que integran su cauce; desde Soria, atravesando la frontera con Portugal y hasta el Océano Atlántico, el Duero impacta notablemente en las nueve Denominaciones de Origen vitivinícolas de Castilla y León , eso sin contar las zonas productivas del lado portugués, abanderadas por supuesto por los vinos de Oporto y Douro .
En toda su extensión, el Duero —Douro (al cruzar Portugal )—favorece la generación de condiciones óptimas para la producción de vinos de calidad: modera el clima, erosiona, refleja la luz solar, crea vida, propaga varietales, favorece la amplitud térmica, permite el transporte, es puerta de entrada de innumerables fenómenos atmosféricos e incluso da forma al paisaje, como en el Douro Superior , catalogado por su belleza como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“...dominan las variedades tintas, particularmente la Tempranilloy la Touriga Nacional ”.
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Esto, aunado a la altitud de toda su zona de confluencia (donde puede ir de entre 600 y hasta más de mil metros sobre el nivel del mar y a la dureza de su seco y cálido clima veraniego, particularmente en el lado español, permite la obtención de frutos en perfecta madurez y vinos con gran equilibrio en acidez, con generosos porcentajes de alcohol y una cautivadora y potente expresión aromática.
Es cierto, a lo largo de todas las regiones vitivinícolas en su curso, dominan las variedades tintas, particularmente la Tempranillo (Tinta del País, Tinto Fino, Tinta de Toro y Tinta Roriz, entre muchos otros sinónimos) y la Touriga Nacional, en los polos respectivos. Sin embargo, el Duero – Douro también es cuna de excepcionales cepas blancas, como Verdejo y Albillo, del lado español, y las inconfundibles Gouveio, Malvasia Fina, Moscatel, Rabigato y Viosinho, del portugués.
Foto:pxfuel.com
Uno de los focos estelares del Congreso Duero Wine 2021 fue la presentación de resultados del proyecto de recuperación de variedades en peligro de extinción iniciado por la Junta de Castilla y León en 2002. Hoy, se pueden contar 25 varietales nuevos asociados al cauce del río Duero, nunca antes reconocidos ni registrados oficialmente del lado español.
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14 de estas uvas muestran aptitud para la elaboración de vinos de calidad y ofrecen una alternativa ante el cambio climático: Puesta en Cruz (Rabigato), Gajo Arroba, Cenicienta, Bastardillo Chico (Merenzao), Estaladiña, Tinto Jeromo, Áurea, Puesto Mayor, Rufete Serrano Blanco y Verdejo Colorao, entre otras. Cepas de gran rusticidad, pero fascinantes en términos de desarrollo a futuro.
