El café es una de las bebidas más populares y controvertidas alrededor del mundo. A lo largo de los años, han surgido numerosos mitos sobre sus efectos en la salud, pero ¿qué dice la ciencia sobre estas creencias? En Menú, te contamos los mitos y verdades más populares sobre el café.
Tradicionalmente, el café ha sido vinculado a diversos problemas de salud, como enfermedades del corazón y cáncer. Sin embargo, estudios recientes han revertido esta percepción, incluso, algunos investigadores sugieren que esta deliciosa bebida podría tener el potencial de una bebida funcional gracias a sus propiedades bioquímicas y los posibles beneficios para la salud.
Durante mucho tiempo se creyó que la cafeína, presente en el café, tenía un efecto diurético tan fuerte que superaba el aporte de líquido de la bebida, provocando deshidratación. Sin embargo, un estudio publicado en 2013 señala que aunque la cafeína tiene un leve efecto diurético, una dosis moderada de cafeína (equivalente a aproximadamente 5 tazas de expresso o 7 tazas de té) no tiene ningún impacto significativo en la distribución del agua corporal.
La relación entre cafeína e hipertensión es un tema complejo y debatible entre la comunidad científica. Si bien la cafeína puede estimular la producción de adrenalina, y por tanto aumentar transitoriamente la presión arterial, especialmente en quienes no lo beben de forma regular, los efectos a largo plazo sobre el riesgo de desarrollar hipertensión son contradictorios. Para obtener conclusiones más sólidas, se requiere más investigación que considere factores como el tipo de café, la cantidad consumida, el método de preparación y la predisposición genética.
Modificar la composición corporal no depende de un solo alimento o bebida. Si bien la cafeína posee efectos metabólicos que podrían relacionarse con la pérdida de peso, esto no garantiza la disminución de grasa corporal. Por otro lado, el consumo de café, en algunas personas inhibe el apetito, lo que pudiera tener un efecto en la ingesta calórica total, y por tanto, en la composición corporal, sin embargo, el café por sí solo no favorece la pérdida de peso.
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Por el contrario, la evidencia presentada en un estudio publicado en 2017 sugiere que tanto el café regular como el descafeinado podría tener efectos antienvejecimiento. El café es muy rico en polifenoles, antioxidantes que retrasan el envejecimiento celular y disminuyen los radicales libres a los que estamos continuamente expuestos. Por otro lado, el café puede mejorar la función cognitiva, incluyendo la atención, el tiempo de reacción y la memoria, lo que podría ayudar a contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
¡Cierto! La cafeína se reconoce ampliamente como una sustancia ergogénica, lo que significa que puede mejorar el rendimiento físico. Se ha demostrado que puede favorecer la respuesta en una amplia gama de deportes y actividades físicas, incluyendo deportes de resistencia, de equipo, de fuerza y de potencia. Sin embargo, es fundamental considerar la variación individual, la dosis adecuada, el tiempo de ingestión y los posibles efectos secundarios para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.
Una taza de 240 mililitros de café preparado contiene aproximadamente 95 miligramos de cafeína. El consumo diario recomendado de cafeína es de hasta 400 miligramos, cantidad que equivale a entre 3 y 5 tazas.
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1. Entre el 70 y el 80 % de la población occidental, son consumidores habituales de café.
2. Entre los grandes consumidores están los países nórdicos, seguidos de los norteamericanos y latinoamericanos, tradicionalmente productores de café.
3. México es el onceavo productor mundial de café, siendo Chiapas, Veracruz y Puebla los principales productores.
4. Una taza de café aporta, en promedio, solo 5 kilocalorías.
5. El consumo moderado de café se ha asociado con un menor riesgo de muerte prematura.