Buñuelo es la panadería de confianza cuando busques sabor, precio y creatividad. Los hermanos Ariana y Julio González, son chefs panaderos que llevaron sus tradiciones familiares a los hornos de su panadería, teniendo como resultado tres panes de muerto deliciosos con una propuesta de maridaje fuera de lo común.
Estos panes fueron hechos pensando no solamente en distinguirse de entre la extensa propuesta de panes de muerto que hay en esta temporada, sino en cómo las tradiciones de la niñez de los chefs han influido en su manera de hornear, en las ideas que permean cada uno de los panes de Buñuelo y que hacen que a quienes los coman, tengan un delicioso sabor familiar.
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Este es el pan de muerto clásico, preparado con la base de un pan brioche, hecho con masas de larga fermentación que permiten que al momento de leudar, los aromas y los sabores se concentren más y, al momento de partir el pan ya hecho, lo primero que huelas sean esos aromas a cítricos, en este caso el clásico de la naranja. Hay que destacar que en Buñelo no usan esencia, sino que dan el sabor al rallar la cáscara de la naranja. Este primer pan se marida con un chocolate oaxaqueño a base de leche deslactosada.
Un segundo pan de muerto está hecho con pulque, anís y ajonjolí negro. La historia de este pan ronda en la necesidad de los chefs de representar algo clásico de su hogar en el Estado de México, además de retomar la tradición de usar el pulque para la fermentación de las masas. En realidad, este pan no sabe a pulque en su totalidad, ya que el alcohol se evapora en el horno, pero sí da una textura un poco más compacta y más dulce que se complementa a la perfección con el café de olla con el que se marida este pan. Las especias como el anís del pan y la canela del café quedan juntas a la perfección.
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El último pan de muerto de este año está bañado en chocolate de República del cacao. Es un pan que funciona como alternativa a los rellenos de crema. El toque mexicano de este pan se sitúa en el arte oaxaqueño pues, una artista de esta entidad participó en la creación de alfeñiques en forma de calavera que le acompañan a cada uno de los panes. Estas son pequeñas artesanías, únicas para cada pan y pintadas a mano. Cabe recalcar que, aunque estos alfeñiques no son comestibles ni desechables, son piezas de arte únicas para los comensales.
Este último pan se marida con un skimo de chocolate. Una bebida hecha a partir de hielo, leche y chocolate. Se eligió esta bebida porque rememora a los skimos de los mercados de la CDMX y el Estado de México, los cuales tomaban los chefs cuando eran niños.
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Esta fueron los tres panes que completan la propuesta de día de muertos de Buñuelo, panes que se hornean con tradición, talento y mucho sabor. Búscalos en su sucursal en Av. Paseo de la Reforma #369-16. El pan de muerto de naranja y el de pulque con anís cuestan $45 y el bañado con chocolate $75.
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