En el corazón de la colonia Roma, dentro de una casona porfiriana, se encuentra un restaurante que se define por unir la cocina mexicana con la europea a través de ingredientes de temporada, mixología de alta calidad y piezas de arte que envuelven al comensal en una atmósfera artística contemporánea que se nota desde los vasos de los cocteles, pasando por lo emplatados cubiertos de sabor y el decorado del restaurante. Se trata de Blanco Colima.
Leer también: Dulces para la mesa decembrina
El chef Alfredo Carbajal es la cabeza detrás de la cocina de Blanco Colima (y Blanco Castellar), quien propone los menús de temporada y define el estilo gastronómico que continuamente se reinventa en este restaurante. A la par, la mixóloga de Grupo Carolo y Headbartender de Tlecan, uno de los mejroes bares del mundo, de acuerdo con The World's Best Bars, Eli Martinez Bello es quien define la coctelería, los tragos y el maridaje que puede acompañar cada platillo desde la barra.
El concepto de Colima, al igual que el de Castelar, está marcado por la premisa del arte modernista, "en el que el lienzo comienza en blanco y poco a poco se va pintando de colores según los ingredientes y menús de temporada", explica en el perfil del restaurante que tiene casi una década de vida.
Aunque el estilo artístico es muy importante en ámbitos de gastronomía pues presenta platos confortables y vanguarditas, también se presenta en las tardes con DJ en vivo, que bajo una bola disco y un escenario que asemeja a las fiestas griegas con paredes altas y blancas y mucha vegetación que se mezcla con el lujo, un preámbulo para que el restuarante se convierta en un hot spot que vive entre la coctelería, la cocina y un ambiente de fiesta envolvente.
Leer también: 5 viñedos para visitar en México
El menú de Blanco Colima, como el de Blanco Castellar respeta temporalidades, es decir, que no fuerza ingredientes para aparecer en su carta, pues, además de contribuir con el medio ambiente, también sirve de gancho para no dejar de probar los nuevos platillos o cócteles que se sirven. En nuestra última visita, los chefs y la mixóloga presentaron una carta especializada en el invierno, disponible desde noviembre hasta mediados de febrero.
Entre los platos que destacaron estuvo una ensalada de quelites, acompañada de pitaya, queso de cabra, oblea de chía con cacao y vinagreta macha. También un rigatoni con flor de calabaza, huitlacoche y chile manzano. Recomendamos probar la totoaba al carbón, una emulsión de poro tierno, alcachofa y pimiento caramelizado.
Si quieres un platillo reconfortante para el frío, se puede ordenar el arroz de cerdo pelón a la leña: un pork belly ahumado, pimiento dulce y alioli picante. Cabe destacar que el cerdo es de Yucatán, criado en granjas orgánicas. Para terminar con broche de oro, uno de los postres más destacados fue el milhojas de champurrado, con crema de maíz, mermelada de xoconostle y helado de nata
En cuanto a la coctelería, destacó el daiquiri de frambuesa, la golden margarita, un espresso tequila, una mescalina tropical y un dulce martini de dátil.
Leer también: Vinos austriacos: más allá de la Grüner Veltliner
El menú degustación está en $1,800.00 pesos e incluye siete tiempos, sin embago, si quieres pedir a la carta, los platillos van desde entradas a $210.00, platos fuertes en $620.00 hasta opciones muy destacadas como la pesca especializada en $1,675.00 aproximadamente. Mientras que la coctelería, en promedio está en $250.00, aunque los mocktails están en un promedio de $110.00 pesos mexicanos.
Dirección: Colima 168, Roma Norte, CDMX