En la más reciente entrega de su columna Vinícola en Tinta, Carlos Borboa le cuenta a los lectores de sobre la región vinícola de Baden.

Escribo desde Durbach, en el corazón de la Selva Negra, donde las colinas onduladas y los viñedos que se extienden hasta el horizonte me ofrecen una ventana privilegiada a la región vinícola de Baden, una de las más destacadas y singulares de Alemania. Desde hace algunos días recorro la zona junto a , en una misión dedicada a descubrir tecnología, arte, vitivinicultura y gastronomía germana.

Ubicada en la parte más cálida de Alemania, Baden se beneficia de su proximidad al río Rin y de un clima templado, muy similar al de Alsacia. Este microclima, junto con su diversidad de suelos, permite la producción de vinos de gran calidad y carácter.

La historia de los vinos de Baden se remonta a siglos atrás, aunque en las últimas décadas la región ha logrado consolidar su reputación internacional. Aquí, la diversidad es una constante y las variedades de uva predominantes varían de un distrito a otro, reflejando la rica tradición vinícola de cada zona. Sin embargo, si hay una uva que destaca en Baden, esa es la Spätburgunder, conocida internacionalmente como Pinot Noir. Esta cepa reina en los viñedos de la región y produce algunos de los vinos tintos más elegantes y refinados de Alemania. Los Pinot Noir de Baden son intensos, con notas de frutos rojos, especias y, en ocasiones, una mineralidad que refleja la influencia del suelo volcánico de la región.

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Acompañando a la Spätburgunder, otras variedades como la Weissburgunder (Pinot Blanc) y la Grauburgunder (Pinot Gris) también ocupan un lugar destacado. Estas uvas, conocidas por su frescura y capacidad para expresar el terruño, son cultivadas con esmero en los suelos calizos de la región. Los vinos resultantes son vibrantes y aromáticos, con una acidez bien equilibrada que los hace ideales para maridar con la rica gastronomía local. De hecho, los restaurantes de Baden suelen destacar sus especialidades acompañadas de estos fermentados, un testimonio del perfecto matrimonio entre la comida y el vino regionales.

Pero Baden no sólo es conocida por sus varietales de Pinot. También hay espacio para otras variedades menos comunes fuera de Alemania, como la Gutedel (Chasselas), una uva que produce vinos blancos ligeros y frescos, perfectos para disfrutar en los cálidos días de verano que la región ofrece. Sin embargo, es la Riesling, la cepa más célebre de Alemania, la que aquí se muestra con una expresión bien distinta a la de otras zonas del país. En Baden, los Riesling tienden a ser más complejos y menos intensamente ácidos que los de Mosel o Rheingau, aunque siguen mostrando una estructura equilibrada y un perfil frutal agradablemente fresco.

Para entender Baden en profundidad, hay que saber que la región posee nueve subregiones vinícolas, cada una con su propio microclima y estilo distintivo. De estas, Kaiserstuhl y Ortenau son las más renombradas, produciendo vinos que a menudo ganan elogios tanto en el mercado interno como en concursos internacionales. Kaiserstuhl, en particular, es célebre por sus vinos producidos en suelos de origen volcánico, lo que aporta una complejidad mineral que distingue a los vinos de esta zona. Ortenau, desde donde escribo, es conocida por sus vinos de Spätburgunder y Riesling, elegantes y equilibrados.

¡Sí!, querido lector, la viticultura en Baden es un reflejo del respeto por la tradición y la innovación. Muchas bodegas de la región han adoptado prácticas sostenibles y ecológicas, reconociendo la importancia de preservar la salud de sus viñedos para las futuras generaciones. El cultivo biodinámico está cada vez más presente, con varios productores optando por métodos de vinificación natural, lo que ha contribuido a que los vinos de la región tengan una mayor autenticidad y carácter.

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Dr. Loosen Riesling

Dr. Loosen Riesling. Foto: Especial
Dr. Loosen Riesling. Foto: Especial

Dónde comprar: Mercado de Vinos

Precio: $679.00 pesos

Uva: Riesling

Zona de producción: Mosel-Saar-Rwer, Alemania

Vista: amarillo pálido, con luminosos reflejos verdosos

Nariz: intensos aromas de durazno, manzana y piña madura, que se funden sobre una agradable base cítrica. En el fondo flores blancas y miel

Boca: explosivamente frutal, con acidez vivaz y alcohol sutil. El final de boca ofrece flores blancas, miel y frutos de hueso maduros

Carlos Borboa es cocinero, sommelier y periodista. Columnista en El Universal y director del México Selection by Concours Mondial de Bruxelles.