El precio de las tortillas sigue a la alza pero es un alimento del que no podemos prescindir de nuestra dieta diaria. ¿Y si las hacemos en casa? ¡Regresemos a los orígenes!
Casi todos disfrutamos mucho de las tortillas hecha a mano , y es que sin duda alguna, tienen un sabor que la distingue de aquellas que se consiguen en el supermercado o en las tortillerías. ¿Alguna vez te has preguntado cuál es el proceso que sigue el maíz para convertirse en tortilla?
Si tienes ganas de consentir a tu familia o ponerte a prueba como cocinera, hoy te decimos cuál ese proceso.
El primer requisito para convertir el maíz en tortilla es que éste necesita estar seco. En algunos mercados suelen venderse las mazorcas ya secas e incluso desgranadas, pero cuidado, no es el mismo maíz para palomitas que conoces. Tampoco se vale que compres la harina en las tiendas. Elegir el maíz es una gran experiencia.
En caso de querer secar el maíz tú misma, lo que tienes que hacer es comprar algunos elotes frescos , quitarles las hojas y barbas que tienen y colocarlo en un lugar ventilado y soleado. No tienes que hacer nada más que esperar a que el maíz se seque, esto tardará algunas semanas.
Cuando el elote se ha secado por completo, tienes que desgranarlo . Para ello sólo necesitas sujetar el maíz con una mano y girarlo mientras le pasas la otra para que los granos se desprendan.
Después viene la nixtamalización , un proceso que, según Fernanda Alvarado -nutrióloga-, “sirve para elaborar harina de maíz y eliminar las toxinas derivadas de hongos que pudiera adquirir el grano durante su almacenamiento”.
Para este proceso necesitas aproximadamente dos litros de agua por cada kilo de maíz.
El agua se hierve en una olla, pero antes de vertir los granos, se le agregan dos cucharadas de cal disueltas en media taza de agua. Posteriormente se añaden los granos y se dejan hervir durante 30 minutos. Mientras están en el fuego se deben remover para evitar que el maíz se pegue.
Luego de los treinta minutos se apaga la estufa, se cubre el recipiente con una tapa y se deja reposar toda una noche.
Al día siguiente debes enjuagar los granos. Cuélalos dos o tres veces con agua limpia.
Para estar segura de que el maíz está listo para el siguente paso, toma algunos granos y pélalos con tus dedos, la cascarilla debe desprenderse sin dificultad alguna.
Después de esto, debes moler el maíz . Las personas que están acostumbradas a elaborar tortillas a mano, trituran los granos en un metate , aunque hay quienes se facilitan la vida y lo llevan al molino.
Si no tienes un metate, pero sí un triturador de alimentos, como una licuadora, también funciona. Puedes utilizar cualquiera de los dos para moler el maíz, sólo tienes que agregarle un poco de agua para que se forme una masa.
Te cuidado de no agregar demasiada agua o tendrás atole en lugar de tortillas.
Una vez que tienes la masa déjala reposar un par de minutos. Cuando hagas las tortillas asegúrate de que la masa esté bien hidratada. Si no lo está agregale un poco más de agua y amásala.
Existen unas maquinas para hacer tortillas caseras. Si tu no tienes una de ellas, no te preocupes, toma un puñito de masa , moldealo con tus manos para que forme una esfera y luego apachúrralo con tus palmas, como si estuvieras aplaudiendo.
Cuando la tortilla esté del tamaño y grosor que deseas, ponla en el comal.
Cuídala para que no se seque, no debes tardar más de dos minutos en voltearla. Si notas que la tortilla comienza a agrietarse definitivamente es tiempo de voltearla.
Cuando la volteas la primera vez sólo debes esperar hasta que tu tortilla comience a inflarse. Luego de eso sólo es cuestión de esperar hasta que esté tan dorada como quieras.
Colócalas en una servilleta para que se mantengan calientes y disfruta de unas tortillas 100 por ciento caseras . De esta manera estarás segura que estás dando a tu familia tortillas de maíz puro.