El consumo de sal muy regulado de sal, puede contribuir a una buena salud, ya que se relaciona con la reducción de la presión arterial, equilibrar los líquidos en el cuerpo, evitar sentirnos deshidratados y hasta controlar la glucosa, sin embargo, si se consume de más, puede provocar daños en el organismo. Si te gusta el sabor salado, pero no quieres usar sal, aquí te contamos como sustituirla.
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¿Cómo sustituir la sal en la comida?
Especias o pimientos
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda mantener la ingesta de sodio por debajo de los 2000 miligramos, es decir, 5 gramos de sal al día, en personas adultas e infancias, mucho menos que una cucharada de sal. Diario consumimos más que eso en cualquier lugar, para sustituirla te recomendamos cambiarla por especias o pimientos.
Estos ingredientes aportan mucho sabor, color y olor a nuestras preparaciones, además de que muchos de ellos suelen ser saludables. Puedes darte un chapuzón por el mundo de las especias y te aseguramos que no te hará falta la sal.
Cocina a la plancha
Basta de cocinar siempre en el sartén o en el horno. Si tienes las posibilidades, puedes empezar a usar la plancha. Entre los beneficios están que utilizas menos grasa, es un método donde se conservan un poco más de los nutrientes que perdemos en cocción y es bsatante rápido. Así como permite conservar las características organolépticas de los ingredientes intactas. Esto hará que tus platillos destaquen más sin necesidad de sal.
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Ralla cítricos
Aunque puede pensarse que rallar cítricos es solamente para postres, la realidad es que las carnes se llevan perfecto con las notas frescas y un poco amargas de la ralladura de cítricos. Incluso, las carnes blancas o los mariscos se llevan muy bien con este método, Además, la cáscara está llena de vitaminas que ayudan a mantener el sistema inmune, el óseo y el nervioso en buen estado.
Comienza a marinar los alimentos
Otro método más que, aunque es más tardado, suele dar mejores resultados es marinar la carne y los alimentos que vayas a consumir, Los ácidos del líquido con el que marinas la carne rompen las fibras y la hacen más tierna y jugosa. Además, permite potenciar los sabores del pollo o de la carne y evita que queden secas tras la cocción. Puedes usar ingredientes como cebolla, sofritos de de hortalizas o miel.
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Ningún alimento es malo por sí mismo, sin embargo, hay algunos que deben limitarse en el consumo para tener una vida saludable y prolongada. La sal no es el ingrediente del diablo, pero hay que evitar el exceso. De cualquier forma, ante una duda en tu dieta en específico, te recomendamos recurrir a un especialista de la salud y evitar hacer modificaciones drásticas sin vigilancia médica.
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