Cada vez es más grande la cantidad de personas que voltean a ver a los alimentos como una fuente de salud y dejan de lado el uso de fármacos que remedian algunos achaques.
Una buena dieta puede ayudar a prevenir enfermedades y malestares, pues a través de la comida es la manera más sencilla en que el organismo obtiene los nutrientes que necesita para el correcto funcionamiento.
Desde hace muchos años se conocen los beneficios del consumo de prebióticos y probióticos , por ejemplo, muchas de las culturas de Oriente los incorporan mediante ingredientes que pasan por un proceso de fermentación.
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Los probióticos son microorganismos que cuando se ingieren en cantidades adecuadas proveen beneficios a la salud, entre ellos pueden propiciar la reducción del nivel de colesterol, mejorar la actividad gastrointestinal y fortalecer el sistema inmunológico.
Existen múltiples alimentos que sirven como vehículo de estos microorganismos y también son llamados probióticos .
El microbiólogo Elie Metchnikoff, ganador del premio Nobel, hizo la primera conexión entre la salud y la ingesta de bacterias dentro de leche fermentada.
En el siglo XX comenzaron en Japón las investigaciones científicas para desarrollar bacterias probióticas específicas. Durante este proceso pudo aislarse la primera cepa probiótica del mundo, la ahora famosa, Lactobacillus casei Shirota por el Dr. Minoru Shirota.
Esta cepa se añadió a distintos tipos de leche fermentada, lo que dio nacimiento al primer alimento probiótico elaborado de manera intencional e industrializada.
Pero la viabilidad de un cultivo de probióticos dentro de los alimentos depende de distintos factores, como la disponibilidad de nutrientes en el agente huésped, la temperatura de incubación y de almacenamiento del alimento portador, entre muchos otros, por lo que no existen tantos productos en el mercado que los contengan.
Por ello fue necesario someter a los Lactobacilos casei Shirota a un reforzamiento para asegurar su resistencia hacia los jugos gástricos y biliares, y así llegar viva al intestino donde se realizan sus funciones.
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Las cepas del género Lactobacillus se han utilizado y popularizado por su asociación con productos fermentados tradicionales y su facilidad de aceptación, así como su interacción benéfica con el tracto gastrointestinal y el ecosistema del intestino delgado.
Beneficios
Los probióticos detienen la producción y actividad de bacterias tóxicas, inhiben la proliferación de microorganismos dañinos y promueven el crecimiento de las bacterias nativas gastrointestinales.
Generan también ácidos orgánicos por lo que el pH intestinal baja y se retarda el crecimiento de bacterias patógenas sensibles al ácido.
Otros beneficios de estas bacterias probióticas es que producen vitaminas, hacen disponibles los minerales, producen enzimas digestivas que alivian la intolerancia a la lactosa en el intestino delgado.
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Disminuyen la aparición de diarreas infecciosas y el colesterol. Mantienen la salud de las mucosas y aumentan la motilidad del intestino aliviando el estreñimiento.
Pueden reducir reacciones alérgicas y se les asocia con actividad anticancerígena en el colon. Ayudan a reforzar el sistema inmunológico y a remediar enfermedades urinarias en mujeres.
La ingesta de probióticos de la cepa Lactobacillus casei Shirota usualmente se recomienda por la mañana como primer alimento, pues después del ayuno nocturno es necesario reforzar la microbiota estomacal e intestinal con este tipo de probióticos .
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