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Debido al confinamiento y el distanciamiento social, en estos últimos meses la alternativa para convivir en petit comité y comer fuera de casa está en los lugares abiertos. Más alla de un restaurante con terraza o mesas en el exterior, lo que buscamos los comensales son experiencias campestres fuera de las grandes ciudades que nos conecten con la naturaleza y nos desenchufen del celular, el home office y la sensación de encierro. Anhelamos momentos en parques, jardines y hasta en la azotea. Se presentan como las opciones para esa desconexión tan necesaria mientras comemos algo rico y que nos devuelvan el alma.
Algunos chefs están aprovechando este momento para generar experiencias campestres. Aunque ya existían antes de la Covid-19 , hoy en día tienen más fuerza, así como un mayor interés por parte de nosotros en adoptarlas como práctica de salvación para el fin de semana. Aunque el Bosque de Chapultepec, la Marquesa o el Ajusco siempre han estado a nuestra disposición para echar el mantel y comer una torta, la experiencia de comer en exteriores se ha profesionalizado en un esquema“gourmet”, como es el caso de Jorge Córcega y su recorrido por las nopaleras en Milpa Alta con un espectacular desayuno o el caminar por el monte para recolectar hongos y después cocinarlos en Cubo, ubicado en Jilotzingo.
Sin duda, empaparse de la naturaleza mientras se come librados de paredes, aderezado de un soundtrack natural con pájaros trinando, el viento meciendo las ramas de los árboles y el aroma de la hierba, nos ayudarán a recobrar la felicidad y la creatividad. Si no puedes visitar un restaurante campestre te invitamos a que tú mismo hagas un picnic en tu parque favorito o la azotea de tu casa y disfrutes de una tarde memorable.
EL CHEF DICE...
Sergio Camacho, propietario de Sergio Camacho Catering y consultor de banquetes, nos da algunos tips y cuatro recetas para que nuestro picnic quede muy profesional, sin complicaciones y, sobre todo, utilizando lo que ya tenemos en casa para evitar gastos innecesarios.
Lo primero es elegir alimentos que no necesiten calentarse. “Los sándwiches, las baguettes, las tablas de quesos y carnes frías acompañadas de galletas saladas, compotas y pan previamente rebanado son una buena idea porque ya se llevan hechos al punto de reunión”, explica el chef. Con esto ahorramos el llevar sartenes y comales para calentar la comida. “Se puede optar por una ensalada y pasta fría con jitomates cherry, trocitos de almendra horneada y aceite de oliva.
Para guardar la sana distancia, el chef recomienda porcionar los alimentos individualmente en frascos de vidrio de diferentes tamaños. Además de ser práctico, evitamos el uso de cubiertos y platos desechables y la generación de basura innecesaria.
En cuanto a los postres, él sugiere que sean chocolates macizos y bombones rellenos, nueces garapiñadas y frutas que se puedan comer de una sola pieza como manzanas y peras. Para los golosos pueden ser brownies y tartaletas de frutas individuales, eso “también pueden funcionar en nuestra comida.
Por último, ten en cuenta el llevar agua para mantenernos hidratados. Puede ser agua simple con ramitas de lavanda, rodajas de peino y hojas de menta; o, bien, coctelería sencilla con jugos naturales, frutas congeladas y el destilado de tu preferencia con agua mineral y quina aparte para elaborarlo al momento.
También será importante considerar el llevar servilletas de tela para seguir con la línea ecológica, cubiertos previamente empaquetados de manera individual y flores, un elemento que, aunque no es básico, ayudará a tener el ambiente natural que tanto buscamos.
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