El mundo del café está lleno de sabores y técnicas; sin embargo, en el mercado hay muchas trampas como empaques brillantes, calificaciones engañosas y granos sospechosos. Entonces, ¿cómo distinguir entre un verdadero café de especialidad y un café comercial? Consultamos con Adriana Chaparro, maestra de The Coffee Matters School y barista senior en Sanremo Latinoamérica, quien cuenta con certificaciones internacionales de té y café. “Cuando comienzas a especializarte, te das cuenta que hay más en una taza de café que sabores intensos o cargados. Hay una gama muy amplia de aromas y experiencias,” nos cuenta Adriana.
¿Qué diferencias hay entre el café comercial y el de especialidad?
Para que un café pueda considerarse de especialidad debe tener calificación de entre 85 a 90 puntos. Hay quienes disfrazan su baja puntuación poniendo en lugar de puntos, el tueste. Eso no sirve. Otro factor es el comercio justo. El café comercial compra granos en grandes cantidades y paga a agricultores, productores y cortadores hasta 20 pesos por kilo, cuando lo puede vender hasta en 500 pesos ya empacado. Ya en la taza, el café comercial sabe a semilla y termina en el paladar con un gusto seco, a ceniza y tabaco; mientras que el de especialidad, desde el primer trago, te llena de varios elementos el paladar: el cuerpo es más bajo pero dorado, con sabores frutales, cítricos y, sobre todo, mucho más agradables.
¿Qué consejos nos das para preparar un buen café en casa ?
Conseguir molinos caseros porque, después de un día de haberse molido, el grano pierde la mayor parte de su sabor y aroma. También, seleccionar café de marcas no conocidas y más bien revisar de dónde viene, sus puntos de calificación. Hay que revisar que los granos no brillen; cuando son muy brillosos significa que sus aceites han quedado expuestos y éstos son malos para los equipos de café y, sobre todo, para nuestros cuerpos: pueden ocasionar desde acidez hasta gastritis. Por eso hay que buscar granos de tono mate, de color marrón, no tan oscuro.
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