¡Ay, el tequila! Ese cautivador elixir que nos invita a celebrar la vida con cada trago. ¿Quién no ha sucumbido a sus encantos en una noche de fiesta, solo para amanecer con una cruda terrible al día siguiente? Pero, ¿y si pudiéramos disfrutar del inigualable sabor del tequila sin las pesadas consecuencias que preceden su consumo?

Afortunadamente, hoy en día esto es posible gracias a Almave, el primer destilado de agave azul sin alcohol y, en , te contamos todos los detalles.

Imagina brindar con amigos, riendo y compartiendo anécdotas, mientras disfrutas de una bebida que captura la esencia del tequila, sin el alcohol. Precisamente eso fue lo que inspiró al piloto de automovilismo británico, Lewis Hamilton, a crear una bebida sin alcohol que cumpliera con la calidad y sabor distintivo de sus tequilas favoritos.

Así que emprendió una larga búsqueda para hallar un maestro destilador capaz de lograr ese cometido, y fue así como conoció a Iván Saldaña, un visionario que superó los límites de lo que la mayoría de la gente pensaba posible con los destilados de agave.

Con más de veinte años de experiencia y tras haber creado algunos de los mejores tequilas y mezcales del mundo, el maestro destilador Iván Saldaña sabía que la única manera de hacer realidad la visión del seis veces campeón del mundo de Fórmula 1 era desarrollar un proceso que honrara tanto los ingredientes como los procesos tradicionales del tequila en su totalidad.


Fue así como surgió , el primer destilado de agave azul sin alcohol. Almave sigue de cerca el proceso tradicional de elaboración del tequila en Jalisco, México. Este destilado se elabora con auténticas piñas de agave azul, primero cocidas lentamente en hornos de ladrillo y luego cuidadosamente molidas siguiendo la técnica clásica.

Sin embargo, el proceso de elaboración de Almave tiene dos particularidades: prescinde de la fermentación y destila la fibra de agave hasta siete veces para capturar la complejidad y los delicados aromas y sabores del agave recién molido.


Actualmente, Almave tiene dos presentaciones: Almave Blanco y Almave Ámbar. Si bien, ambas presentaciones ofrecen perfiles de sabor que recuerdan a los mejores tequilas, cada uno tiene una personalidad muy distintiva.

Almave Blanco tiene notas frescas y ligeras con un final herbal y mentolado, ideal para preparar una Margarita Virgen o una Paloma sin alcohol, mientras que Almave Ámbar tiene notas de caramelo, madera tostada y cacao, perfectamente equilibradas con toques sutiles de acidez y amargor, lo que lo hace perfecto para disfrutarse en las rocas o en mocktails como el Old Fashioned o el Carajillo.



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