Una de las constantes preocupaciones cuando trabajamos es lo difícil que resulta comer sano cuando estamos en la oficina .
El ritmo acelerado que llevamos y los largos períodos de trabajo hacen que comamos comidas rápidas o las llamadas “garnachas” para no perder más tiempo y continuar en lo que nos quedamos.
Lo primero que debes saber es que necesitas desayunar bien, pues es la comida más importante del día y la que te dará los nutrientes y energía necesarios para que tengas un buen rendimiento, tanto en tu trabajo como en otras actividades.
Ya en el trabajo lo importante es tener a la mano cierto tipo de alimentos para que no caigas en tentaciones.
Puedes llevar algunos snacks para que no mueras de hambre a la hora de la comida y optes por algo más sano.
Las semillas como las almendras, nueces, avellanas, cacahuates o la chía funcionan para una mayor concentración y atención en el trabajo ; aportan vitaminas y son muy saludables. Además, según una investigación de la UAG , la chía tiene beneficios en la salud de la piel.
Aunque muchas de ellas tienen un aporte alto en azúcares, lo que debes verificar es que no tengan relleno de frutas y que tengan 10 o más gramos de proteína para quedar satisfecho. Además checa que las barritas contengan semillas o granos y no harinas refinadas, que estas últimas constituyen la amenaza para una buena dieta. Una buena idea es una barra de amaranto,
Las frutas nos aportan vitaminas, minerales y antioxidantes, por lo que son adecuadas para comerlas durante las horas de oficina.
Las mejores frutas para conservarse fuera del refrigerador son la manzana, los plátanos, peras, ciruelas, kiwi, arándanos, o las naranjas, por lo que no tendrás problemas para transportarlas a la oficina.
El Estudio Sobre Tendencias de Consumo de Alimentos revela que las frutas son consumidas principalmente por jóvenes y esta tendencia sigue elevándose, sé parte de esta buena costumbre.
Las palomitas naturales te ayudarán a saciar tu apetito y te harán de tu tiempo laboral más llevadero.
De preferencia consume las naturales y no las que tienen mantequilla o que se deban hacer en el microondas porque tienen alto contenido en sodio.
Otra opción que no debe faltar son las ensaladas. Opta por las que se basan en verduras y descarta las que llevan muchas frutas o semillas caramelizadas, así como pasta.
Además asegúrate de que los aderezos sean bajos en sodio. El aceite de oliva puede ser una buena opción.