La época de los "recalentados" se aproxima y el microondas se vuelve nuestro mejor aliado para devolverle la textura a los alimentos en cuestión de segundos. Aunque pareciera muy práctico, no es el hábito más saludable que podemos tener.
De hecho, la recomendación de expertos es recalentar nuestras comidas directamente en el fuego, lo que permite que el calor se distribuya de manera uniforme y recuperen su consistencia.
En cambio, el microondas emite ondas electromagnéticas que provocan vibraciones en las moléculas de agua de los alimentos y así elevan su temperatura. Pero esto podría ser perjudicial para nuestra salud.
Por lo anterior, en Menú te presentamos 5 alimentos que no deberías recalentar en el microondas.
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En algunos alimentos, las ondas electromagnéticas provocan que se evaporen sus proteínas y vitaminas. Además, el calor del microondas favorece el crecimiento de bacterias asociadas a intoxicaciones alimentarias y problemas digestivos, explican los expertos de Mayo Clinic. Aquí te dejamos 5 ejemplos:
Lo recomendable es comernos el pollo al momento de su preparación, ya que al recalentarlo cambia su textura y la calidad de sus proteínas. Asimismo, existe el riesgo de que le puedan crecer bacterias como la salmonella, que resulta dañina para nuestro sistema digestivo.
Sin embargo, si tienes que recurrir al recalentado, lo ideal es darle pocos segundos al microondas, ya que un ritmo lento de calor promueve el crecimiento de dichas bacterias.
En general, no se recomienda recalentar verduras y vegetales porque pierden vitaminas.
El apio es uno de esos alimentos que no se deberían recalentar, debido a que el calor descompone sus nitritos, los cuales provocan infecciones en las vías urinarias, según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR).
Recalentar este alimento podría ser muy perjudicial. Por su forma de cultivo llega a contaminarse de una bacteria llamada Bacillus Cereus, que afecta al sistema digestivo con infecciones como la gastroenteritis.
Los expertos recomiendan calentarlo en cocciones pequeñas, priorizar su refrigeración y no exponerlo a las altas temperaturas.
El huevo cocido o "duro" tampoco debe ser recalentado porque que dicho proceso afecta la calidad de sus nutrientes.
Cuando el huevo se expone a las altas temperaturas en repetidas ocasiones, sus compuestos se pueden volver tóxicos e incrementan las probabilidades de desarrollar salmonella, enfermedad que ocasiona fiebre, diarrea, náuseas, cólicos y vómito, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, este alimento recalentado expulsa azufre, compuesto que puede provocar un aroma desagradable y gases.
Consumir champiñones frescos es lo mejor que podemos hacer por nuestra salud, pues al recalentarse se altera su composición, pierden agua, fibra y sus proteínas se descomponen.
Más allá de perder sus nutrientes, esta alteración por el calor implica el desarrollo de toxinas que generan inflamación, dolor estomacal, gases, diarrea, vómito e infecciones.
En estas fechas de fiestas y reuniones familiares, el "recalentado" es inevitable. Por fortuna, existen maneras de hacerlo cuidando tu salud:
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