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Bajo un sol resplandeciente y 37°C de temperatura, en Tamaulipas lo que se antoja es una cerveza bien fría acompañada de una docena de ostiones con algunas gotas de limón y más cuando se está en Soto la Marina , una región ubicada en la costa central de dicho estado, aquí encontramos las granjas ostioneras, en donde cada pieza que sale del agua está a la altura de unkumamoto, el ostión que podría ser su competidor. Es de tan buena calidad, que la producción de este año ya está vendida en su totalidad.
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Nueva fuerza económica local
El cultivo de ostión es una de las apuestas para generar ingresos importantes en la región. Es por eso que este año nació el Parque Acuícola Tamaulipas 1 , un proyecto que ambiciona ser el más grande productor de ostión americano ( Crassostrea virginica ) en Latinoamérica. Aquí los ostiones son carnosos y con una nota de sal que logra un sabor inigualable, no hay que agregarle nada para disfrutarlo, tal vez gotas de limón para seguir comiéndolos.
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Lo primero es cuidar la “semilla” en el laboratorio. Ahí se generan las condiciones que los ostiones tendrían en su medio natural. Se les alimenta con clorofila y se reproducen. Cuando nacen son larvas nadadoras, se fijan a un granito de concha molida. En este pedacito rico en calcio, la larva se desarrolla y genera su concha.
Identificando el sexo de la ostra para su reproducción como siguiente paso.
Después llega la etapa de preengorda. Los ostiones, cuando alcanzan un milímetro, se meten al río en bolsas especiales con flotadores para que se alimenten de manera natural hasta que miden de tres a cinco centímetros de longitud.
Se pasan por un cilindro que los tamiza por tamaño, se clasifican y se llevan de nuevo al agua, esta vez a la laguna en redes con flotadores en donde comen y desarrollan. Esto tarda entre tres a cuatro meses.
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Finalmente llega a la planta de proceso en donde se selecciona para su venta: vivo, entero congelado ya sea entero,, en media concha, así como el precocido y pasteurizado listo para calentar a baño maría o microondas.
Otro de los atractivos de este ostión nativo es la certificación Purple Point que logran al estar en aguas controladas libres de contaminantes. Constantemente están sujetos a muestreos y clasificados, además de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) constantetmente los está monitoreando para así asegurar su calidad.
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