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En 2010, la cocina tradicional de Michoacán fue nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO gracias a sus ingredientes y recetas , que han sido preservados a través del tiempo gracias a sus cocineras .
En efecto, el estado de Michoacán es considerado la cuna de la cocina tradicional y cada platillo es un tesoro de nuestro país.
Si los visitas, deberías probar alguno de estos 7 platillos tradicionales , algunos de los cuales tienen tras de sí una interesante historia.
1. Sopa tarasca .
Se hace con frijoles molidos, puré de jitomate y chile pasilla seco. Se sirve con con tiras de tortilla fritas, queso cotija, crema, epazote y chiles serranos picados.
Se dice que en agosto de 1966 se inauguró la Hostería de San Felipe. Para la apertura, el propietario, Felipe Oseguera Iturbide, quería algo especial. Él, junto con su hermana Luz y su esposa, Pamela Disher de Oseguera, cocinaron varios platos, hasta llegar a la sopa.
Cuando pensaron en el nombre, querían relacionarlo con la belleza y tradición de Michoacán. Una de las palabras que vinieron a su mente fue “tarasco”. Así, al principio se llamó Sopa de Tarascos pero, conforme pasó el tiempo, quedó simplemente Sopa Tarasca.
2. Corundas .
Es como un tamal, pero de forma triangular. También se sirven envueltas en hojas de maíz y, a diferencia del tamal tradicional, este se acompaña de crema, queso y rajas o salsa.
Se dice que era servido en las ceremonias de los príncipes purépechas. Se acompañaban de salsa y carne, por esta razón, durante mucho tiempo, fueron conocidos como “panecillos de palacio”.
3. Enchiladas morelianas o placeras.
Son tortillas remojadas en salsa de chile guajillo que, posteriormente se fríe. Se rellenan de papas y zanahorias y se acompañan de pollo. Se puede agregar crema, queso y lechuga.
Es una de las muchas variedades que se consumen en nuestro país. Son muy similares a las Enchiladas Queretanas y Potosinas.
4. Morisqueta
Básicamente, es arroz blanco hervido con un poco de sal. Se acompaña con frijoles de la olla, carne, queso y salsa.
Cuenta la leyenda que gracias a la abundancia de agua en la zona, comenzó el cultivo de arroz. Un día, los nativos pusieron un puñado de arroz en unas hojas de plátano en el hoyo en la tierra donde habían horneado carne, pero estaba lo suficientemente caliente para cocinar el arroz. El resultado fue arroz esponjoso con el sabor de la carne que comenzó a consumirse en toda la región.
5. Carnitas estilo Michoacán
Tradicionalmente se preparan en grandes ollas de cobre donde distintas partes del cerdo se fríen en manteca del mismo animal.
6. Aporreadillo
Un platillo que se elabora con cecina de res y huevo revuelto, cubierto de salsa verde o roja, o ambas. Es un típico del mestizaje de la cocina mexicana.
Se le nombró así porque, originalmente, la carne seca al sol y salada se “aporreaba” (golpeaba) hasta lograr desmenuzada.
A diferencia de otros platos, no es comida de fiesta religiosa o evento familiar, sino que se consume en el día a día.
7. Uchepos
Son tamales de elote molido. Su sabor es ligeramente dulce. Se pueden comer solos o acompañados de queso y crema.
Aunque se desconoce su origen, se dice que formaban parte de los rituales de cosecha y de las ceremonias con príncipes purépechas.